Como una especulación provista de datos razonablemente posibles, se informó que el PRI movería en esta frontera una cantidad millonaria para generar la participación de los electores.
El rostro de la abogada Astrid González era de indignación. Frente a ella, los gánster castrados en el gobierno de César Duarte, hacían gala de lo que saben hacer muy bien: arrebatar, agandallar, asaltar…
La fiesta se descompuso. Justamente en las últimas horas de la jornada electoral, en lo que se ha denominado la justa política llamada ‘más importante de la historia de México (y de Ciudad Juárez)’, las medias se están rompiendo entre los grupos que buscan el poder público.