¿Cuando dejaremos de nombrar a nuestros muertos?, no solo es la pandemia sino la guerra asimétrica que se lleva en lo cotidiano a nuestros jóvenes que no tienen nombre sino estadística.
Tuve la oportunidad de escuchar inquietudes de líderes del sector deportivo informal, formal, gimnasios y demás lugares de esparcimiento del deporte, algunos del ámbito profesional otros amateur, sin embargo, todos coincidian en lo mismo, la única manera de reconstruir el tejido social es con un Plan Integral de fomento al deporte.
Hemos normalizado esta guerra de baja intensidad que nos otorgó el ranking de la ciudad más peligrosa del orbe, ¿cómo reconstruir todas las heridas al mismo tiempo? ¿qué fuerza moral debemos lograr los juarenses? ¿cómo levantarnos ante tantas calamidades juntas?
Es momento de cambiar de tajo ese mote y crear políticas públicas desde y para la frontera, mismas que generen una verdadera esperanza y ayuden a combatir desde el origen esta maldita guerra. Debemos de velar para que el presupuesto en alumbrado y demás insumos de todo tipo lleguen a los parques públicos, gimnasios y centros deportivos benéficos para la salud.
Debemos dotar de facultades a los comités de participación ciudadana para que se invierta adecuadamente en el deporte de esparcimiento para tratar de minar este cáncer en la sociedad.
Maestro universitario. Economista. Especialista en innovación y emprendimiento.
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