Aunque desde hace tiempo las cosas en México no pintaban muy bien, el último año ha traído consigo uno de los escenarios más complejos que en tiempos recientes, nos ha tocado afrontar. Al respecto, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que en 2018 estimaba que 61 millones de mexicanos vivían con un ingreso inferior a la línea de la pobreza, ahora proyecta que dicha cifra aumentaría a más de 70 millones.
Sin duda, la pobreza no es el único problema que padece el país, pero si es el resultado de muchos otros que de norte a sur, le siguen doliendo. Por lo tanto sería necesario preguntarnos, ¿existe algún responsable de resolverlos? Aún no queda muy claro, pero según lo que su actual encomienda representa, resulta ser quien por muchos años prometió tener la receta perfecta para solucionar cualquier dificultad, pero es el mismo que además aseguró: “no crean que tiene mucha ciencia gobernar”.
Será posible que asumir uno de los cargos más importantes en el país se trate de algo tan simple? El hecho de minimizar lo que implica conducir el destino de una nación, debió haber sido una clara advertencia de todo lo que nos esperaba: un “mandatario” que en vez de dar soluciones, se empeña en producir, dirigir y protagonizar un espectáculo matutino con su papel estelar: el de víctima.
Qué fácil dedicarse a condenar a otros para evadir responsabilidades propias, y más aún, cuando sobran culpables en un listado que solo incrementa: desde los españoles, los fifís, la mafia del poder, Calderón, Loret de Mola, los de antes, el prian, los neoliberales, los conservadores, los empresarios, hasta ¡LAS MUJERES!
A pesar de que el austero que vive en un palacio insista en autopresentarse como el “presidente más atacado en los últimos 100 años”, debe entender que el mundo no gira a su alrededor y tan solo es un victimista político, porque en el mundo real las verdaderas víctimas siguen siendo las familias que viven con miedo por la persistente inseguridad; a quienes les arrebataron la vida por un cobarde feminicidio; los que han perdido el sustento por falta de oportunidades; los que ya no están con nosotros por el insensible manejo de la pandemia; quienes no tienen acceso a vacunas; los niños con cáncer que no encuentran tratamientos; las mujeres trabajadoras que no cuentan con estancias para dejar a sus hijos y los mexicanos que en un país con tanto recurso, se están muriendo de hambre.
Señor presidente: por favor, deje de hacerse la víctima y mejor, hágase RESPONSABLE.
Licenciada en Relaciones Internacionales por la UACH. Juarense, apasionada por el servicio público, la lectura y la oratoria.
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