A nadie le gusta el individuo que es oportunista.
El tipo que se acomoda a las circunstancias para obtener provecho; subordinando, incluso, sus propios principios.
Es un defecto, que se disfraza de virtud.
El oportunista, el trepador, el aprovechado, no lo ve así.
Se jacta de ser habilidoso para aprovechar las oportunidades. No como el lamesuelas que todos vemos.
Se acomodan rápidamente con los hombres y mujeres del poder.
Se trata de una especie de arribistas profesionales, que perviven sexenio tras sexenio, con el único talento que tienen: la zalamería.
Con el tiempo, consiguen los cargos donde se manejan recursos y aparentan ser expertos en el quehacer público.
Pero no. Son habilidosos solamente en encapsular al gobernante, para evitar que se acerque el verdadero experto.
Hablan mal de él, lo demeritan, descalifican, lo desacreditan. Pero cuando no pueden con él, se transforman en sus lacayos más lambiscones para no desaparecer.
Hoy los conductores políticos deberán escoger los perfiles idóneos para conformar el equipo que solventará las necesidades del pueblo.
Elementos comprometidos. Con arraigo verdadero. Reconocidos. Mucho cuenta el antecedente personal de los nuevos funcionarios.
Identificar a los trepadores y echarlos. Perjudican su imagen y a mediano plazo, su actuación
Hoy lunes, el alcalde electo da a conocer una segunda camada de su gabinete.
¿Gente de Juárez? ¿Paseños? ¿Chihuahuitas?
Veamos.
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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