El alto contenido de cafeína y sustancias estimulantes presentes en las bebidas energéticas podrían representar un riesgo para la salud, advierten expertos en nutrición y medicina.
Ciudad Juárez, Chih (ADN/Arturo Hernández) .– La moda entre los consumidores de bebidas alcohólicas es el mezclarlas con energizantes, sin la más mínima idea del riego en el que ponen su salud.
En los llamados antros, es común ver a los jóvenes consumiendo dichas sustancias, tal vez para sentirse a la moda, o para sentirse parte del grupo, sin tener idea de los riesgos de salud a los que se exponen.
Al respecto, la académica de la carrera de Química y Farmacia de la Universidad San Sebastián, en Santiago de Chile, Clarissa Gondim, puntualiza que “las bebidas energéticas poseen en su formulación altas concentraciones de cafeína, guaraná y/o taurina, compuestos que son estimulantes del sistema nervioso central y pueden causar efectos cardiovasculares, por lo que su consumo está contraindicado por pacientes que presentan enfermedades cardíacas”.
La experta hace énfasis en que “el consumo combinado de ambos bebestibles podría enmascarar los efectos del alcohol en el organismo, aumentando la euforia y disminuyendo la fatiga y el agotamiento. Como consecuencia, el paciente no nota el efecto del alcohol y eso podría llevar a intoxicaciones graves”.
En caso de estar con síntomas de intoxicación como taquicardia e hipertensión arterial, Gondim puntualiza que el paciente debe acudir a un centro de salud para una evaluación clínica por el equipo médico.
De acuerdo a estadísticas son los jóvenes el grupo social que más tendencia tienen a consumir a la vez ambas sustancias.
Los riesgos asociados a la combinación de alcohol y bebidas energizantes se amplifican debido a las altas concentraciones de cafeína y otras sustancias estimulantes presentes en estas últimas.
Esta combinación no solo afecta al sistema cardiovascular, sino que también puede provocar deshidratación, alteraciones en el patrón del sueño y episodios de ansiedad.
Estos productos, cada vez más populares entre los jóvenes, pueden provocar desde taquicardia y aumento de la presión arterial hasta insomnio y ansiedad, pasando por un riesgo incrementado de dependencia.
Adicionalmente, su elevada cantidad de azúcar se asocia a enfermedades como obesidad, diabetes tipo 2 y caries dentales.
Es crucial considerar los peligros que el consumo desmedido de estos líquidos puede conllevar.
La mezcla de bebidas energéticas con alcohol eleva aún más los riesgos para el bienestar, complicando el cuadro de posibles efectos negativos para la salud.
Profesionales de la salud urgen a la población a estar bien informada sobre estas consecuencias y a moderar su ingesta como medida preventiva.
El llamado a la acción no solo recae en los consumidores; también se pide a los fabricantes responsabilidad en la comunicación de los riesgos asociados a sus productos.
La sensibilización sobre el tema es fundamental para prevenir potenciales daños.
Investigaciones adicionales y campañas de concientización podrían ser claves en la disminución del consumo riesgoso de estas bebidas entre los sectores más vulnerables de la población.
La recomendación general de los especialistas es optar por alternativas más saludables y naturales para obtener energía, como una dieta balanceada y la práctica regular de ejercicio.
Destacan la importancia de evitar la búsqueda de soluciones rápidas al cansancio o la falta de energía a través de estos productos altamente estimulantes.

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