Posiblemente usted creerá, estimad@ lector@, al leer el titulo de la presente colaboración, que estoy hablando en términos filosóficos, pero no, en esta ocasión no voy a tratar un tema relacionado con la política, por lo menos no con las posiciones ideológicas de “izquierda” o “derecha” que pueden tener quienes lideran nuestra comunidad.
Inicios de 1989, el país estaba inmerso en una terrible crisis política derivado del fraude electoral del año anterior. Se escuchaban rumores de golpe de estado; de soldados acuartelados esperando ordenes; de desobediencia civil rampante y hasta de grupos que abiertamente llamaban a reanudar la guerrilla.
Cerremos los ojos por unos instantes, y pensemos, ¿que se necesita para dejarlo todo, absolutamente todo, familia, amistades, propiedades, raíces, y echarse a andar en un camino incierto en donde la vida misma esta en juego, y en donde no hay absolutamente nada garantizado como no sea el sufrimiento?