En Ciudad Juárez se ha gritado justicia, se han encendido reflectores, y se ha acusado con furia. Hay carpetas, hay detenidas, hay audiencias. Pero entre el estruendo y la indignación legítima, hay un rincón silenciado: el de las responsables de las guarderías acusadas. ¿Alguien se ha detenido a escucharlas?
Cuatro guarderías, distintas en nombre, pero idénticas en una cosa: fueron cerradas, señaladas y arrojadas al escarnio público sin defensa. En sus testimonios no hay negación del dolor ni soberbia institucional. Hay algo más incómodo: orden, disposición, y un reclamo legítimo de ser escuchadas.
Todas entregaron videos, bitácoras, cartas. Todas tenían personal con cursos, exámenes y cero antecedentes. Todas colaboraron con la autoridad. ¿Y a cambio? Silencio. Desconfianza. No han sido escuchadas.
Ninguna de las responsables entrevistadas dice ‘esto es un invento’. Lo que dicen es más difícil de procesar: que, si hubo un crimen, se castigue al culpable, pero no se derrumbe a toda una comunidad educativa por presunción colectiva. La justicia ha de escuchar a todos.
Y es que aquí no solo se apagó el ingreso de estas estancias. Se apagó su voz. Se les dejó sin defensa legal, sin respaldo institucional, sin trato humano. La justicia, cuando no escucha, deja de ser justicia. Se convierte en simulacro.
Los medios, algunos en lugar de investigar, reprodujeron la narrativa oficial sin contraste. Con titulares listos para viralizarse, se construyó la figura de ‘la guardería abusadora’. ¿Dónde están las entrevistas a las maestras? ¿A las directoras que hoy están endeudadas, amenazadas y desprestigiadas?
Se juzgó antes de escuchar. Se condenó antes de investigar. Se cobró antes de demostrar. Eso, en cualquier país que se diga justo, debería preocuparnos.
Defender la infancia es una causa irrenunciable. Pero si en el camino aplastamos la presunción de inocencia, silenciamos testimonios incómodos y nos aferramos a la furia como criterio, acabaremos cometiendo nuevos abusos, tan graves como los que hoy nos horrorizan.
Las responsables de estas guarderías merecen ser investigadas, sí. Pero también escuchadas. Porque la justicia no sólo habría de ver. También escuchar.
Y en este caso, su silencio es el verdadero escándalo. Ahí El Meollo del Asunto.

Daniel E. Valles
Periodista y comentarista de radio y televisión. "El Meollo del Asunto" y "La Familia es Primero" son sus principales herramientas periodísticas que se publican en medios impresos y digitales en diversas geografías de habla hispana.
Ha sido merecedor de diversos reconocimientos como conferencista y premios de periodismo, entre ellos, la prestigiosa Columna de Plata, que otorga la Asociación de Periodistas de Ciudad Juárez.