Nos dijeron que el nearshoring era la gran oportunidad, que México iba a despegar, que la frontera sería punta de lanza, que los inversionistas harían fila para instalarse, pero la realidad, como suele pasar, es mucho más dura que el discurso.
En 2024, México rompió récord: captó casi 37 mil millones de dólares en inversión extranjera directa (IED).
Pero hay un detalle que no cabe en el boletín de prensa: solo el 9 % de esa inversión fue realmente nueva. El resto fue reinversión de utilidades o dinero movido entre casas matrices.
Las nuevas inversiones cayeron un 34 % respecto al año anterior. Es el nivel más bajo en 30 años. ¿Sabes qué significa eso?, que no están llegando nuevos jugadores y que no tenemos nada que ofrecer, solo están sosteniendo lo que ya existía.
En la frontera, nos vendieron la joya del mapa, prometieron que ciudades como Tijuana, Chihuahua, estarían en la mira del nearshoring global, pero los datos lo ponen en duda, la IED en la frontera no ha crecido como se esperaba y lo más grave: las PyMEs siguen fuera del juego.
¿De qué sirve atraer inversión si los proveedores locales nunca entran a la cancha?
Un modelo económico caducado, le seguimos apostándole al modelo económico de los noventa: Abrir la puerta, sonreír, cruzar los dedos, pero las preguntas incómodas siguen ahí, sin respuesta:
¿Dónde está la estrategia para que esa inversión se quede?
¿Dónde están los parques industriales con energía suficiente?
¿Dónde está el financiamiento real para que las PyMEs puedan crecer?
¿Dónde está el plan para que esa riqueza se multiplique aquí, no solo se contabilice antes de salir del país?
Mientras tanto, otros sí se están moviendo: Vietnam, India, Brasil, entre otros. Todos compitiendo por la misma inversión y mientras ellos apuestan con infraestructura, certeza y política industrial… nosotros seguimos improvisando.
El nearshoring solo fue un término de moda pasajera y esta vez nos va a costar más caro por el nivel de juego comercial que han emprendido los grandes capitales.
Cuál es la verdad detrás del récord?
Los principales emisores fueron los de siempre:
¿Dónde se quedaron las fronteras?, ¿Dónde quedó la diversificación?, ¿Eso te parece suficiente para cambiar el país? ¿Para transformar la frontera?, ¿Para fortalecer el empleo digno? ¿Para construir cadenas de valor nacionales?
El nearshoring no se construye con discursos ni con esperanza, se construye fortaleciendo las pequeñas y medianas empresas con una política industrial, invirtiendo eninfraestructura, estado de derecho, energía suficiente y eso, hoy por hoy no se ve en el plan de desarrollo económico de México para los siguientes años.
Nuestras fronteras merecen más, las maquilas están listas, las PyMEs están sedientas de oportunidades, pero sin una estrategia clara, la inversión vendrá, se instalará… y se irá.
Como ya lo hemos visto antes, hasta que no entendamos que la inversión debe traducirse en bienestar local, seguiremos hablando de oportunidades… que nunca se concretan.
¿Lo decimos claro o seguimos maquillando los números?
