Ciudad Juárez, nuestra heroica Ciudad Juárez, ha sido testigo de innumerables tragedias que han dejado cicatrices imborrables en el alma de la frontera. El “Jueves Negro” es un recordatorio sombrío de cómo el terror puede paralizar a una ciudad entera, de cómo corre la sangre inocente cuando los criminales señorean. Los incendios de locales comerciales en 2008, el coche bomba que sacudió nuestras calles, la masacre de Villas de Salvárcar, el ataque al Bar Colorado, cada vida inocente arrebatada por los narcoterrorista es una herida abierta en Ciudad Juárez.
En 2011, un grupo armado irrumpió en una vivienda, arrebatando la vida de una madre y sus dos hijas menores, dejando a una familia destrozada y a una ciudad sumida en el dolor. La sangre de mujeres, niños y familias inocentes clama desde la tierra,
Desde Ciudad Juárez hasta Guadalupe y Calvo, por todo nuestro Norte Patria hoy el crimen señorea y cuando pareciera que ya nada puede sorprendernos, la violencia escala, muta, hoy con drones kamikaze en contra de las fuerzas armadas, mañana con minas antipersonales.
La resistencia por parte de legisladores a llamar al narcoterrorismo narcoterrorismo y la omisión del régimen de dejar atrás la incomprensible y suicida estrategia de “abrazos no balazos”, obliga a tomar todas las medidas necesarias para frenar la muerte de inocentes.
Hoy, como el primer servidor de los chihuahuenses me veo en la necesidad de hacer un llamado a los grupos antagónicos que hoy se disputan mediante la fuerza el territorio, a que vuelvan a sus códigos y respeten a ancianos, mujeres y niños en esta guerra fratricida.
Es imperativo que aquellos que han elegido el camino del crimen recuerden los códigos de honor que alguna vez rigieron sus acciones. Incluso en los momentos más oscuros, existían límites que no se cruzaban, líneas que la humanidad y la decencia no permitían traspasar.
Hoy hago un llamado ferviente y urgente a los grupos criminales: detengan esta espiral de violencia sin sentido. Recuperen los códigos que alguna vez los distinguieron y cesen los ataques contra los más vulnerables.
Recordemos las palabras sagradas: “No matarás”, la orden divina que busca preservar la santidad de la vida. Aquellos que ignoran este precepto se enfrentan no solo al juicio de los hombres, sino al juicio eterno.
Es momento de que la luz prevalezca sobre la oscuridad, que la paz supere a la violencia y que la justicia divina y terrenal se impongan. Que nuestras oraciones se conviertan en acciones y reclamemos la paz que por derecho nos pertenece. Que Dios tenga misericordia de nuestra tierra y de quienes en ella habitan.
Francisco Sánchez Villegas
Geoestratega, abogado humanista, defensor de la ilustración y político disruptivo.
Desde el cargo de Secretario del Ayuntamiento del Gobierno Independiente de Parral, ha impulsado una trascendental agenda de empoderamiento ciudadano. Fundador y Curador de Casa Ícaro, Think Tank concentrado en el futuro y la libertad.
Pensador neorenacentista propulsor de polímatas. Buscador de mentes virtuosas. Antifrágil.
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