Son muchas las razones que me convencen para votar por la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum Pardo, para presidenta de la República, pero en este escrito voy a mencionar las que considero las principales.
En primer lugar, porque es la única que puede y dará continuidad a los programas y políticas iniciadas por el actual presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es decir, a la Cuarta Transformación de la vida pública de México. Esto incluye la continuación de los programas sociales y los proyectos de infraestructura que han caracterizado la actual administración federal.
En cuanto a programas sociales, podemos mencionar la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembrando Vida, Becas para el Bienestar Benito Juárez, que otorga becas a todos los estudiantes de preparatoria de las escuelas públicas de todo el país; Programa de Apoyo para el Bienestar de las Niñas y Niños, hijos de madres trabajadoras; Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad que, por cierto, no es universal en nuestro estado por la negativa de la gobernadora María Eugenia Campos Galván a firmar el convenio respectivo con el Gobierno Federal, y Tandas para el Bienestar, entre otros.
Respecto de las principales obras de infraestructura se encuentra el Tren Maya, el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, la refinería Dos Bocas, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, el programa de caminos rurales y el aeropuerto de Tulum, las cuales están centradas en mejorar la conectividad, promover el desarrollo regional y fortalecer la autosuficiencia energética de nuestro país.
Al margen de lo anterior, Claudia Sheinbaum convence por su experiencia y compromiso en materia ambiental; su formación académica en física y su trabajo como investigadora en temas de cambio climático y energía sustentable le otorgan un perfil técnico sólido que seguramente le ayudará a enfrentar los problemas estructurales de México, como ya lo hizo durante su tiempo como Secretaria de Medio Ambiente de la Ciudad de México y luego como jefa de Gobierno.
También como Jefa de Gobierno, Sheinbaum ha implementado varias reformas y programas sociales, entre las que destacan sus esfuerzos en mejorar la seguridad, la creación de un banco de ADN para agresores sexuales y la implementación de la Ley Olimpia para sancionar la violencia digital, acciones que han tenido un impacto significativo en la reducción de delitos de alto impacto y feminicidios en la capital del país.
Su candidatura es un paso significativo hacia la representación de género en la política mexicana. Al convertirse en la primera presidenta de México, su liderazgo simbolizará un paso crucial para romper el techo de cristal y avanzar en la igualdad de género en el país
Sheinbaum es percibida como una política moderada, característica que podría facilitar la conciliación con los diferentes sectores que componen la sociedad mexicana: grupos políticos, empresariales, iglesias, organizaciones de la sociedad civil, etc. Su estilo de liderazgo, aunque menos carismático que el de AMLO, es efectivo y adecuado para los retos actuales del país.
No son pocos los que, tanto en nuestro país como en el extranjero, ven a Sheinbaum como la heredera natural de la política de AMLO. Su papel en la continuidad de los programas sociales y económicos implementados por la actual administración es visto como un factor positivo para la estabilidad política y social en México, dado el fuerte apoyo que AMLO aún mantiene entre la población.
En resumen, Claudia Sheinbaum combina experiencia técnica, un historial probado en gestión pública y un compromiso con la continuidad de las políticas de la Cuarta Transformación, todo lo cual la posiciona como la persona ideal en los tiempos que corren para ser la Presidenta de México.
La mayoría de los mexicanos coincide en que Claudia Sheinbaum es la mejor opción, prueba de ello es la muy fuerte posición que ha mantenido en las encuestas, a grado tal que hay quienes creemos que podría romper el récord de 30 millones de votos obtenido por el Presidente Andrés Manuel López Obrador en 2018, lo cual es un desafío significativo, pero nada imposible.
El nivel de participación electoral este próximo 2 de junio será un factor determinante. AMLO logró movilizar a una cantidad sin precedentes de votantes en 2018. Repetir ese nivel de movilización será un reto, por eso desde este espacio llamo a la amplia base de votantes a analizar todo lo antes mencionado; a quienes simpatizan con el proyecto de la 4T, a mantener la unidad y el entusiasmo y acudir a las urnas el próximo domingo y VOTAR TODO MORENA.
Pedro Torres
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