Lo que vemos en una mujer que identificamos como fuerte suele ser el resultado de uno o varios procesos. En muchos casos, es la consecuencia de una vivencia traumática; en otros, de un acontecimiento o una etapa muy dolorosa. Lo que se percibe como una mujer fuerte es el “después”, pero nadie habla del “antes”.
Antes de poder ver a esa mujer fuerte, segura, independiente, líder y capaz, hay una historia, un proceso. Desgraciadamente, nadie ve lo que sucedió antes: cuando esa mujer lloraba, hincada en su habitación, pidiendo un milagro, orando o simplemente derramando lágrimas porque sentía que nada tenía solución, porque todo le parecía difícil. Lo que construyó ese músculo de fuerza fueron muchos —y repetiré: muchos— momentos como esos. Y, afortunadamente, continuar con, sin y a pesar de fue la elección de esa mujer.
¿Qué es una mujer fuerte? No es aquella que nunca cae, sino aquella que siempre se levanta; la que resiste pérdidas, traiciones, circunstancias inesperadas, caídas, ese tan mencionado “tocar fondo”. Una mujer fuerte no es la que no se equivoca, sino la que siempre aprende de sus errores y está en constante mejora. Una mujer fuerte siempre sale adelante, sigue trabajando por sus ideales y tiene sus principios claros. No está sola: sabe pedir y recibir ayuda. Una mujer fuerte se pone de rodillas, llora, hace berrinches, se enoja, pero siempre encuentra el cómo sí, la salida o el camino para lograr lo que se propone.
Lo que no te dicen de una mujer fuerte es que tiene heridas. Las traiciones y caídas le han dejado cicatrices. En muchos casos, ha creado barreras de protección para no ser vulnerable ante los ataques de personas que, por alguna razón, ven como opción lastimar a otros para lograr su cometido. O simplemente se justifican diciendo que cometieron un error, sin darse cuenta de que, a raíz de ello, han contribuido a crear a una mujer fuerte que ahora tiene una herida. Una mujer que ha tenido que aprender a protegerse de los demás.
Mujer fuerte, quiero que sepas que tu historia la han vivido muchas otras. No estás sola. Te entiendo. Y sé que, a pesar de todo y de todos, desde un lugar que no tiene una ubicación geográfica específica, surge dentro de ti esa fortaleza para salir adelante
Mujer, no desistas de construirte en tu mejor versión. Nunca dejes de avanzar con amor para tu familia y para ti. Mujer fuerte, lo que nadie dice es lo que tú y yo sabemos: es lo que nos creó, lo que nos motiva, lo que nos impulsa a seguir. Con lágrimas, con dolor, con obstáculos, con lo que venga… por eso somos mujeres fuertes. Y eso nadie lo dice, pero —aún peor— nadie lo desea, aunque muchos sí lo necesitan.
Con amor,
Erika Garay

Erika Garay
Estratega de ventas y liderazgo femenino, Erika Garay inspira a romper techos y reescribir historias. Desde el diseño y las neuroventas hasta el coaching y la motivación, impulsa a mujeres a liderar con propósito. Voz de "En Positivo" y pluma de ADN A Diario Network, es guía en el camino hacia una vida plena, poderosa y sin límites.