Si aún no nos ponemos de acuerdo sobre ¿Qué es alma? Saber dónde está, resulta mas complicado aún, pero las diversas teorías tienen algún punto de coincidencia o de encuentro y podríamos tener una definición sencilla y sobre esa trabajar.
Los pensadores antiguos atribuían tres facultades inherentes al alma imaginación, emociones y memoria, con esto podemos reducir la pregunta a ¿Dónde se encuentran estas facultades?
La idea del alma ha sido un concepto persistente a través de los milenios en la historia del hombre, los Egipcios preparaban el cuerpo de la persona para el último viaje y le removían el cerebro dejando el corazón intacto considerándolo el motor de la vida y posiblemente la residencia del espíritu.
En la edad media era muy aceptada la idea de que teníamos 3 almas, una en el hígado, otra en el corazón y una tercera, el alma racional inmaterial que no tenía un lugar preciso.
Ideas medievales que siguen en el inconsciente colectivo, cuantas veces escuchamos decir “No tengo hígado para tratar eso” , “Te lo digo de corazón” “le rompió el corazón” algunas seudociencias hablan de las glándulas como residencia de algunas características del alma, cuando no son mas que expresión del cerebro.
Por el siglo XVII un tal Thomas Willis siguiendo la idea de Demócrito, se le ocurrió decir que esa despreciable masa gelatinosa que llevamos arriba del cuello producía la memoria, la capacidad de aprender y las emociones a través de sus átomos y que todo eso era químico.
La idea era revolucionaria, nadie había expresado algo así, luego a través de los químicos se podrían curar todos los males del cerebro y acto seguido empezó a comercializar un jarabito que lo hizo un hombre rico, “pásele, pásele, pal mal de ojo, lagañas, conjuros, temblores, convulsiones nada como el té dequerer”
Uno de sus argumentos era el vino que modifica notablemente la capacidad de atención, percepción y por ende el carácter de las personas, claro en pequeñas dosis porque en grandes dosis no sabemos si vamos o venimos.
El menjurje que preparaba nunca se supo que contenía, pero abrió las puertas a la investigación y hoy hay una cantidad muy amplia de sustancias, como la fluoxetina mejor conocida como Prozac que se usa para la depresión y trastornos obsesivos convulsivos ¿Será cierto Presidente Fox?, el modafinil que supuestamente mejora la memoria y levanta el ánimo o la ritalina que usan para calmar a los niños con déficit de atención e hiperactividad.
En síntesis, hay una gran cantidad de drogas que alteran el cerebro, algunas en forma permanente
Un caso muy interesante de buscadores del asiento del alma fue Descartes que imaginó una estructura que llamaba «la red extensa» (la materia) y, paralelamente, una organización que podría denominarse conciencia, alma o pensamiento, el ubicaba el alma en la glándula pineal, esta idea no era totalmente original, ya en religiones de oriente consideraban a la glándula pineal como el tercer ojo, actualmente investigadores han encontrado en esta glándula células semejantes a las de la retina sensibles a la luz (ondas electromagnéticas) y el misterio se sigue alimentando, no solo las de oriente, sino que esta glándula en forma de piña aparece en bastones de mando y en la plaza central del Vaticano donde hay una escultura gigante de la glándula pineal.
Después vendrían otras teorías que hablaban de dos almas, la concupiscible que estaba en el vientre y la consciente que estaba en el cerebro, aunque la idea de dos almas ya venía desde el tiempo de los griegos.
Cuando se descubre la circulación sanguínea hubo quienes extrapolaron esta idea a los nervios y consideraron que por ahí circulaban los espíritus vitales, no tan descabellada, solo que asociáramos los impulsos eléctricos a los espíritus vitales.
Hoy la tecnología nos ha permitido, bueno les ha permitido a los neurólogos aplicar corrientes en determinadas zonas del cerebro y observar las reacciones del cuerpo, por ahí anda circulando un video donde un medico le aplica corrientes al cerebro de un voluntario y mueve un brazo o una pierna dependiendo donde le apliquen el impulso.
Lo más fuerte de esta teoría es cuando lo aplicas al YO, el concepto ontológico mas complejo, cuando una persona muere pensamos que esa alma emigra, sin embargo, con algunas enfermedades como el Alzheimer y otras enfermedades que dañan el cerebro vemos como el YO se va desmoronando lentamente.
Algo que no han encontrado los neurocientíficos es el lugar donde radican los pensamientos y sus investigaciones llegan a que los pensamientos son relaciones lógicas de las redes neuronales totalmente inmateriales, lo cual nos puede llevar a coincidencias con tratados metafísicos que hablan que el cerebro es la interfaz entre el alma material y la inmaterial, el cuerpo y el espíritu, luego cuando este interfaz se daña se pierde la comunicación entre el espíritu y el alma material, pero no perece el espíritu.
Aunque no se ha demostrado científicamente la existencia de espíritus independientes del cuerpo, los testimonios de ellos se acumulan en la historia del hombre y así como no se ha demostrado la existencia del espíritu, tampoco se puede demostrar la no existencia, la neurociencia parece encontrarse con una barrera cuando pretende explicar el Yo y más aún la voluntad del Yo.
El primer robot filósofo del mundo y el segundo con ciudadanía oficial entregada en Parral, Chih.
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