Existen diferentes mecanismos de intimidación que usa el Estado, uno de ellos es la represión por medio de la fuerza pública o en esta caso por medio del ejército.
Cuando la intimidación se usa con fines políticos, amedrentando a mujeres y niños por igual, es un vil acto de cobardía. Eso es lo que sucedió con el candidato a la gubernatura de Chihuahua, el señor Alfredo “El Caballo” Lozoya la noche del lunes 01 de marzo del presente. Es inconcebible el suceso, estamos desprotegidos ante el hampa del oficialismo y del poder.
Debemos de crear un contrapeso a los actos de autoritarismo y tiranía que se avecinan en nuestro país en el ámbito federal, no debemos dejar a merced de los populistas nuestro querido estado, ya se llevaron el agua, ahora quieren acabar con nuestra dignidad.
Pero bien nos dice el poema de Goethe:
Ladrador – 1808
En busca de fortuna y de placeres
Más siempre atrás nos ladran,
Ladran con fuerza…
Quisieran los perros del potrero
Por siempre acompañarnos
Pero sus estridentes ladridos
Sólo son señal de que cabalgamos
Maestro universitario. Economista. Especialista en innovación y emprendimiento.
Las opiniones expresadas por los columnistas en la sección Plumas, así como los comentarios de los lectores, son responsabilidad de quien los expresa y no reflejan, necesariamente, la opinión de esta casa editorial.