Desde el primer mes de gestión del nuevo gobierno federal, la oligarquía mexicana ha resentido el chicotazo del nuevo régimen político al que Andrés Manuel López Obrador refiere como La Cuarta Transformación de México.
El Peje, se ha empecinado en demostrar que la corrupción es el cáncer que está a punto de colapsar al país.
En poco más de 70 días ha sacudido de tal forma la estructura neoliberal, y evidenciado sin empacho a la dichosa “mafia del poder”, que no han tenido tiempo de reaccionar.
Su popularidad es increíble, más del 90% de los mexicanos aplauden sus decisiones presidenciales.
Entre las acciones más impactantes se encuentra el tema del huachicoleo y subtemas que de él se desprenden, como el saneamiento de Pemex y el descubrimiento de las cochinadas en las que se involucraron los anteriores de expresidentes.
Era obvio que entre los fifís, y los hombres del dinero, estas decisiones causaran daño a sus intereses, pero esto es sólo el comienzo, según asegura el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ante el peje-flamazo, era obvio también que se reunieran para contrarrestarlo y formar un equipo de contención a través de un discurso cuya narrativa poco inteligente incidiera en un señalamiento obsoleto.
Vamos a insistir en la versión de LA DICTADURA QUE VIENE.
Hay que atemorizar a la población.
Digamos que México en breve podría sufrir hambruna como la está sufriendo Venezuela a causa de su dictador.
El diccionario de la real academia de la lengua define…
Dictadura es un
Régimen político en el que una sola persona gobierna con poder total, sin someterse a ningún tipo de limitaciones y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su voluntad.
Ya en otras ocasiones he manifestado que para poder ayudar a nuestro país y erradicar a los buitres que destrozan nuestra patria, es menester que nos salve un dictador.
Un dictador que no se doble. Alguien al que no le tiemblen las corvas para enfrentar a quienes medran con la pobreza y nos hunden en la ignominia.
México es diferente a los otros países de América Latina. Y tengo la ligera percepción que le resulta más atractivo al presidente mexicano, la gloria, que eternizarse en el poder y llenarse de dinero.
Las más recientes encuestas indican que si hoy fueran las elecciones votarían 60 millones de electores por AMLO.
A esto se enfrentan no solamente sus enemigos, sino los que pretenden construir nuevos partidos sobre discursos inocuos.
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