Se esperaba que la tormenta arroje hasta 15,4 centímetros (6 pulgadas) de lluvia en algunas zonas del área de la Bahía de San Francisco, donde hay avisos por inundaciones vigentes hasta el jueves en la noche. En el sur de California, se prevé que el meteoro alcance su máxima intensidad durante la noche y la madrugada del jueves con los condados de Santa Bárbara y Ventura como los más afectados, según los meteorólogos.
La alcaldesa de San Francisco, London Breed, explicó en un comunicado que la ciudad se estaba “preparando para una guerra”. Cuadrillas de operarios limpiaron desagües pluviales atascados, trataron de mover a las personas sin hogar a refugios y repartieron suministros de emergencia y ponchos a quienes se negaron a marcharse.
Los fuertes vientos, con rachas de hasta 136 km/h (85mph) o más, obligaron a cancelar más de 70 vuelos en el aeropuerto internacional de San Francisco y derribaron árboles y tendidos eléctricos. Los bomberos rescataron a una familia tras la caída de un árbol sobre su auto y reportaron la caída de “grandes trozos de cristal” de la torre Fox Plaza, cerca del Centro Cívico, aunque no se registraron heridos. Es “muy posible” que los daños en el rascacielos estuvieran relacionados con el viento, agregó el departamento en un tuit.
La nueva tormenta dejó sin electricidad a más de 100.000 clientes del área de la bahía de San Francisco y de la costa central del estado.
El meteoro es uno de los tres fenómenos conocidos como tormentas fluviales atmosféricas que han azotado California, afectada por la sequía, en la última semana. El gobernador, Gavin Newsom, declaró el estado de emergencia para permitir una respuesta rápida y ayudar en las tareas de limpieza tras el paso de otra hace apenas unos días.

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