Naidoo, quien dirige el Departamento de Psiquiatría Nutricional y de Estilo de Vida en el Hospital General de Massachusetts (EEUU), está a la vanguardia de esta creciente esfera de la medicina que estudia los papeles que las bacterias del microbioma intestinal desempeñan en la salud del cerebro y su impacto en el estado de ánimo y la función cognitiva de las personas.
La especialista pone de relieve que el mejor camino a seguir para tener un cerebro saludable es seguir una dieta equilibrada. Sin embargo, algunos nutrientes que son más difíciles de obtener a través de la ingesta diaria de alimentos, podrían consumirse a través de suplementos, considera la médica. Estos son algunos de ellos.
Además de su papel en la buena salud de los huesos, esta vitamina actúa como un neuroesteroide en nuestro organismo, al controlar la liberación del factor de crecimiento nervioso (FCN). Esta proteína es esencial para el buen funcionamiento de las neuronas en el hipocampo, el área del cerebro responsable del aprendizaje y la memoria.
Naidoo subraya que muchas personas sufren de deficiencia de este nutriente, en particular aquellas que viven en lugares en donde el clima es más frío. La ingesta de suplementos de vitamina D podría ser la solución para mantener adecuados los niveles de este nutriente, el cual tiene una relación con los trastornos del estado de ánimo y la ansiedad.
Magnesio
La deficiencia de magnesio, además, está asociada con trastornos de ansiedad, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), fatiga y libido baja, sugieren estudios.
Naidoo pone de relieve, sin embargo, que es importante consultar con un médico para saber cuál es el mejor tipo de suplemento de magnesio indicado en cada caso. La médica alerta que algunos suplementos de magnesio de venta libre pueden provocar diarrea, ya que se utilizan a menudo para combatir el estreñimiento.
Estudios han comprobado que pacientes con demencia tienen niveles bajos de omega-3 y que tomar suplementos de este nutriente podría ayudar a proteger el cerebro y retrasar el deterioro cognitivo.
Existen tres tipos principales de ácidos grasos omega-3: el ácido alfa-linolénico de origen vegetal y los dos que se encuentran en el aceite de pescado, es decir, el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA). El EPA y el DHA son fundamentales para la salud cardiaca y mental, en particular, para personas que padecen depresión.
Esta especia podría ayudar a mejorar los síntomas de la depresión y reducir la neurodegeneración causada por la enfermedad de Alzhéimer. Estudios sugieren, incluso, que la ingesta diaria de suplementos de azafrán a lo largo de seis semanas puede ser tan efectiva como la toma de medicamentos antidepresivos, conocidos como inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS).
Naidoo pone de relieve, sin embargo, que el simple consumo de esta especie no tendrá el efecto buscado, ya que se tratan de dosis muy pequeñas. Lo más recomendable son los suplementos de azafrán que, además de menos costosos, son concentrados y contienen los niveles de nutrientes necesarios.
La especialista pone de relieve, sin embargo, que las deficiencias dependen de la dieta de cada persona, por lo que no existe un mejor suplemento para el cerebro que funcione para todos. Por esta razón, ella recomienda buscar ayuda médica para hacerse análisis de sangre e identificar qué nutrientes necesitan suplementar.