Las escuelas de Texas emplean a casi tantos miembros del personal de apoyo como maestros, a menudo en trabajos por hora o a tiempo parcial con baja remuneración. El estado ha ofrecido una orientación limitada sobre cómo protegerlos en el trabajo.
El Paso, Tx. (The Texas Tribune/Aliyya Swaby) – El conserje Daurice Browne regresó a trabajar el 1ro de junio en una escuela secundaria de Killeen, limpiando y moviendo muebles para preparar a los estudiantes que regresan este otoño.
Se le unieron otros conserjes, personal de mantenimiento y una cuadrilla de jardinería, los trabajadores entre bastidores que mantienen las escuelas brillantes y limpias, que preparan los equipos y arreglan el jardín delantero antes de que los maestros regresen a los campus después de las vacaciones de verano.
Dos semanas y media después, Browne, de 45 años, empezó a tener escalofríos y dolores en el cuerpo. Para el 22 de junio, estaba en la unidad de cuidados intensivos del hospital AdventHealth en el cuarto piso, tomando antibióticos, anticoagulantes y un flujo constante de oxígeno, habiendo dado positivo en la prueba del nuevo coronavirus.
“Estaba devastada. Estaba llorando. No podía creerlo. Me dije: “Estaba en casa. Estaba bien. Volví al trabajo y tengo el COVID”, dijo Browne, ahora en casa pero todavía usando un tanque de oxígeno. “Había tanta gente entrando y saliendo de ese edificio”.
Los oficiales del DSI de Killeen se negaron a confirmar casos específicos pero dijeron que dos custodios del distrito han dado positivo en COVID-19. De los 1.700 empleados que volvieron a trabajar en las escuelas del distrito el 1 de junio, 17 han dado positivo en COVID-19, dijo la portavoz Taina Maya. Los datos muestran que no ha habido propagación comunitaria de COVID-19 en la Escuela Secundaria Patterson, donde trabaja Browne, dijo.
Los maestros de Texas han sido las voces más prominentes en protesta por las decisiones de reabrir las aulas, criticando al estado por no lograr que los distritos cumplan con las altas normas de salud y seguridad, ya que los casos y las muertes por COVID-19 siguen aumentando.
Pero poco menos de la mitad de los empleados de las escuelas en todo el estado son personal de apoyo como Browne, que cocinan, limpian, conducen autobuses y ayudan a los maestros en el aula. Es más probable que sean trabajadores por hora o a tiempo parcial, y a menudo no pueden permitirse el lujo de tomarse tiempo libre sin pagar.
Los suyos se encuentran entre los trabajos más arriesgados durante una pandemia, y en muchos casos se les paga mucho menos por su trabajo. El maestro promedio de una escuela pública de Texas gana alrededor de 57.000 dólares por año escolar, mientras que el custodio promedio de una escuela de Texas gana un poco más de 26.000 dólares, según datos del estado. Los ayudantes de educación ganan 22.000 dólares.
Mientras que los maestros y los estudiantes se quedaron en casa esta primavera y verano, el personal de apoyo constituyó la mayoría de los empleados de la escuela que permanecieron en los campus y tuvieron más probabilidades de infectarse en el trabajo. A nivel nacional, los trabajos de preparación de alimentos, administrativos y de transporte emplean altas concentraciones de trabajadores negros e hispanos, grupos que también mostraron ser impactados desproporcionadamente por COVID-19.
“Cuando la gente piensa en la escuela, lo primero que piensa es en los maestros. Muchas veces el personal de transporte y los ayudantes no se piensan tanto. … A veces somos los hijastros pelirrojos de la familia”, dijo Daniel Bundrant, que conduce un autobús escolar para el Distrito Escolar Independiente de Killeen.
Decidir cuándo y cómo reabrir las escuelas ha dividido a las comunidades escolares, y la mayoría de los padres y maestros encuestados a nivel nacional dicen que no se sienten seguros al regresar. Aunque muchos están de acuerdo en que la instrucción en persona funciona mejor para una amplia franja de estudiantes, los expertos en salud pública dicen que las áreas con una propagación comunitaria sustancial del coronavirus deberían mantener las escuelas locales cerradas, o de lo contrario se arriesgan a aumentar la transmisión.
Todavía no está claro qué probabilidades hay de que los niños se contagien el virus entre sí o a los adultos, pero los expertos en salud pública dicen que las escuelas deberían evitar que grupos de adultos se reúnan en el interior, especialmente sin máscaras o distanciamiento social. Después de que los padres y los maestros criticaran las laxas directrices de salud pública de Texas para las escuelas, los funcionarios de educación del estado comenzaron a agregar más mandatos para que las escuelas impidan que el COVID-19 entre o se propague. Los distritos escolares deben exigir máscaras en el interior para la mayoría de los estudiantes y adultos, examinar a cualquier persona que entre en el edificio y cerrar las áreas utilizadas por alguien que esté infectado. Pero la guía aún no incluye muchos mandatos sobre cómo mantener a los maestros y al personal de apoyo seguros.
En la lucha por reabrir las escuelas, los administradores del distrito están luchando para averiguar cómo ajustar los diferentes trabajos para permitir el distanciamiento social, y cómo manejar la exposición a COVID-19 en un campus, dijo Amy Campbell, directora de servicios de recursos humanos de la Asociación de Juntas Escolares de Texas.
“La mayoría de los distritos están preparando una guía para su personal para recordarles las obligaciones de mitigación de COVID-19 para los empleados: mantener la distancia social, usar máscaras, todas las cosas que escuchamos constantemente”, dijo. “El momento más arriesgado es en los descansos para comer, especialmente cuando todos hemos estado tan aislados durante los últimos meses. Cuando de repente vemos a unas cuantas personas, puede ser muy tentador quedarse a charlar”.
Los ajustes son más fáciles para algunos trabajos que para otros. Marisa Flores, asistente administrativa en una escuela primaria del DSI de Austin, es una de las primeras caras que los padres ven cuando entran en la oficina principal de la escuela. No está segura de cómo cambiará su trabajo una vez que los estudiantes y el personal regresen este otoño, lo que la asusta. Muchos de los padres cuyos hijos asisten a la escuela son hispano parlantes y no pueden leer inglés, a menudo le hacen a ella y a otros asistentes preguntas sobre cómo registrarse o llenar formularios cruciales.
Flores es madre de un niño de la misma escuela, a quien dejará con su madre para que complete la educación virtual desde su casa. A Flores le preocupa que pueda llevarle algo a su madre, que tiene problemas de tiroides y una enfermedad autoinmune. “Por mucho que mi director no quiera que volvamos al campus y quiera que estemos tan seguros como podamos, en algún momento sé que tendremos que volver”, dijo.
El Distrito Escolar Independiente de Austin ya había visto 51 casos positivos de coronavirus hasta el miércoles pasado, afectando a los departamentos de custodia, transporte, servicio de alimentos, asistentes de maestros, trabajadores de almacenes y administración, informó KXAN-TV. Como resultado, se ha pedido a casi 700 empleados que entren en cuarentena, y dos escuelas cerraron temporalmente por completo para la limpieza, pero desde entonces han vuelto a abrir sus puertas, según informaron los funcionarios del distrito al Texas Tribune.
El transporte es uno de los mayores desafíos para los distritos, que ya tienen problemas para contratar suficientes conductores de autobús en circunstancias normales. El Distrito Escolar Independiente de Austin planea proveer desinfectante de manos en los autobuses, requerir que los conductores usen cubiertas faciales y separar las asignaciones de los asientos de los estudiantes. Un estudiante puede sentarse en cada asiento, al lado de la ventana, en cada una de las otras filas, y las filas que no se usen se cubrirán con cinta roja, de acuerdo con la orientación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. Las ventanas también deben mantenerse abiertas en todo momento o “tanto como sea posible”, de acuerdo con la última guía del distrito.
El distrito escolar de Killeen, por otro lado, dijo que no limitará el número de estudiantes en una ruta de autobús porque no es requerido por el estado. Los conductores de autobuses deben desinfectar los autobuses regularmente “en la mayor medida posible”, y se proporcionará desinfectante para las manos en cada autobús para que los estudiantes lo usen “según esté disponible”.
“Empacar niños de 70 años en un autobús uno al lado del otro no va a funcionar. Va a ser un caldo de cultivo”, dijo Bundrant, que volverá a conducir autobuses para Killeen ISD este otoño. Como la mayoría de los distritos escolares públicos de Texas, el distrito escolar de Killeen eligió pagar al personal de apoyo, incluyendo a los conductores de autobuses, incluso cuando no estaban trabajando mientras las escuelas estaban cerradas.
Bundrant, de 29 años, consiguió un segundo trabajo en Pizza Hut este verano pero decidió volver a conducir porque tiene un niño de 6 años en el distrito. Su esposa es ayudante de maestra en el distrito, y están enviando a su hijo a primer grado en persona porque no tienen a nadie que lo cuide. Otros conductores de autobús son mayores, muchos militares retirados, con problemas de salud, y Bundrant supone que pueden conseguir otros trabajos o permanecer retirados este otoño.
Una nueva ley federal requiere que los distritos proporcionen hasta 10 días hábiles de licencia por enfermedad con goce de sueldo a cualquier empleado que esté expuesto a COVID-19 o cuando su guardería local esté cerrada. Pero eso no es tiempo suficiente para los infectados por largos períodos, como Browne, o los que tienen que auto-aislarse varias veces. “El problema es que la licencia federal es finita”, dijo Campbell. “Si se aíslan tres veces seguidas, sólo reciben [la paga completa] una vez”.
Los trabajadores por hora como custodios obtienen los mismos beneficios de la ley que los maestros asalariados hasta diciembre. Desafortunadamente, dijo Campbell, los empleados que se ven obligados a aislarse varias veces en un año sólo pueden obtener una licencia con sueldo completo una vez antes de tener que usar sus días de enfermedad o ser puestos en licencia sin sueldo. Campbell dijo que ha alentado a los distritos a proporcionar protección laboral y licencia sin goce de sueldo a los empleados que se ven obligados a aislarse varias veces.
Esa es la posición en la que Browne se sienta en casa con su tanque de oxígeno, esperando una cita con un especialista en pulmones para hacerle saber sus perspectivas de una recuperación completa. Recibirá el pago completo por 10 días hábiles, desde que se registró en el hospital hasta dos días después de su salida. Después de eso, tiene que usar sus propios días de licencia por enfermedad.
Browne, que ha trabajado para Killeen ISD durante unos 11 años, duerme con oxígeno por la noche y se preocupa por cómo alimentará a su familia. “Los custodios y los maestros están arriesgando sus vidas, y no creo que sea correcto que arriesgues la vida de los niños. Las escuelas deberían estar en línea ahora mismo”, dijo. “Dejen que las tarifas bajen un poco porque no es justo que los niños, el personal o nadie sufra por esto”.
Este lunes, más de un mes después de ingresar en el hospital, Browne recibió la noticia de que había dado negativo para COVID-19, el virus eliminado de su sistema.
Traducción del original escrita por Aliyya Swaby para The Texas Tribune.
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