¿Cómo sobrellevar la maternidad en estos tiempos donde contamos con tanta información al respecto?

Y es que no me dejarán mentir que cuando te conviertes en mamá todos a tu alrededor tienen una opinión al respecto y peor aún, ¡tienen una necesidad inmensa de expresártela!

Nos tocó vivir esta etapa de mamás en una época en la que la tecnología y la información han sobrepasado los límites, no existe tema alguno del que no se encuentre información en internet y esta falta de límites nos expone a recibir todo tipo de información a veces buena, muchas veces infundada… pero a la vez somos esta última generación que todavía fue educada a la “antigüita”, y pensamos, a mí mi mamá sí me metió mis buenas nalgadas, a mí mi mamá sí me daba atolito a los 3 meses, a mí mi mamá si me dejaba llorar hasta que me durmiera, no me dejaba hacer berrinches,” etc., etc., y por lo mismo nuestro propio juicio y el de nuestras madres opinan muchas veces lo contrario a lo que nuestra sociedad moderna nos dicta.

¡¡Y esto es horrible!! Nos mantenemos en una confusión total entre los remedios de mi abuela y lo que dijo el doctor, tenemos que decidir entre dejarlo llorar hasta que se duerma en su cuna o abrazarlo y practicar el colecho hasta que entre a la universidad, tenemos que hacer un esfuerzo sobrehumano para no darle fórmula al bebé porque existe quien nos dice  que SÍ es posible y TODO ESTA EN TI, tenemos que saber si es bueno dar papilla a los 3, 4, 5, o 6 meses, decidir entre las más de 300 escuelas de maternal y kínder 1 que existen en la ciudad, y no se diga de los grupos de mamás en redes sociales donde aparentemente son grupos de apoyo pero más que apoyar se dedican a juzgar tus acciones como madre.

Y entonces nos quedamos de nuevo con la duda de ¿a quién le pregunto? ¿A quién le hago caso?

Yo como instructora de estimulación temprana siempre agradezco la confianza que me tienen las mamás de mis alumnos primero que nada para dejarme a cargo de sus niños, la cosa más difícil que tenemos que hacer las mamás, y segundo para hacerme consultas acerca de su desarrollo.

Y me toca ver de cerca o mejor dicho vivir con las mamás este proceso de confusión, muchas de ellas encuentran en mi opinión una primera guía y eso también lo agradezco, pero más allá de mi opinión a sus dudas siempre les hago la misma pregunta: ¿Tu hijo es feliz con esa decisión? Sí, entonces lo estás haciendo muy bien…

Y es que como mamás nacimos con eso que le llaman SEXTO SENTIDO que se refiere a nuestra intuición, está en nuestra naturaleza ser intuitivas, por más despistadas que seamos todas tenemos la intuición que generalmente se activa al mismo tiempo que nace nuestro primer hijo. Pero no es necesario nada más tenerla sino también ESCUCHARLA, porque generalmente lo que hacemos es callarla para hacerle caso a la opinión de alguien más y cuando el resultado no era el esperado siempre pensamos: YO LO SABÍA…

Tampoco se trata de ir por la vida con el lema de “no oigo no oigo soy de palo tengo orejas de pescado” sino de entender la naturaleza de las opiniones externas que recibimos y de darle siempre prioridad a nuestra intuición.

Es muy válido pedir opinión de algo que desconocemos, pero estando siempre conscientes de que esa opinión estará basada en la experiencia propia de la persona que la emite, en sus ideales, en sus creencias, en su personalidad, en las características muy particulares de sus propios hijos, en su estilo de vida… y si es una opinión de un experto en alguna materia como un doctor, también estará basada en su experiencia con sus demás pacientes y en su propio juicio.

El problema está cuando otorgamos la responsabilidad de tomar decisiones a una persona externa, el doctor, mi mamá, mi suegra, mis amigas, la maestra, etc etc.. ¡¡Un día me llegó una mamá a decirme que como ya les habían funcionado unos tips que les di en el proceso de adaptación de su hija su esposo decía que de ahí en adelante iban a hacer TODO lo que yo les dijera!! ¡¡Imagínense!! “Otorgarme a mí, una completa externa en su familia las decisiones más importantes respecto a su paternidad”.

Entonces, ¿qué necesito para sobrellevar la toma de decisiones que implica la maternidad?, éstos son mis consejos:

1. Tener un sistema creencias familiar bien establecido, esto implica sentarme con mi pareja si es posible ANTES de tener hijos y establecer nuestros acuerdos en cuanto a nuestro estilo de crianza.  ¿Qué quiero yo para mis hijos? ¿Qué quiere mi pareja para nuestros hijos? ¿Qué valores queremos inculcar? ¿Qué métodos de enseñanza compartimos? ¿Qué tipo de educación queremos brindarles? Se puede poner en papel para tenerlo como recordatorio en el día a día.

2. Crear un círculo de expertos de mi completa confianza y ponerlos a prueba. Con ponerlos a prueba me refiero a no casarnos con uno solamente porque es el pediatra al que la familia asiste desde que mi mamá era pequeña, sino experimentar con varios llámese doctor, maestra, terapeuta, y finalmente elegir a quienes les puedo entregar mi absoluta confianza.

3. Observar, escuchar y conocer muy bien a mis hijos, para que de esta manera no sea una decisión tomada solo en base a lo que yo quiero para ellos sino a lo que ellos desean y necesitan. Tenemos que entender que las decisiones que vaya tomando forzosamente tendrán que estar basadas en los gustos de mis hijos, en su personalidad, en su actitud, ¡en SU PERSONA! Y no en lo que los demás nos digan que es lo correcto. NO existe un manual con reglas que apliquen para todos los niños ya que CADA UNO ES DIFERENTE.

4. ¡DARLE SIEMPRE PRIORIDAD A MI INTUICIÒN! ¡Ahí está, sí existe! ¡Escúchala siempre y confía en tí misma!

Así que mi consejo, como siempre, es que vayan de la mano de la opinión de sus médicos y de aquellos expertos en los que ustedes confíen, pero nunca dejen de lado esa vocecita interna que les dirá qué es lo mejor para sus niños y por favor de vez en cuando dense un respiro, detengan el tiempo y observen a su bebé, SI ES UN NIÑO FELIZ, ¡ENTONCES LO ESTÁS HACIENDO MUY, PERO MUY BIEN!

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