Se dice que si una mujer se empodera, se quedará sola. Que si es fuerte, independiente y piensa por sí misma, los hombres la verán como una amenaza y preferirán a alguien más “sumisa”. Esta idea no solo es falsa, sino que es una trampa que pretende frenar el crecimiento de las mujeres.
Empoderarse no significa rechazar el amor, la familia o las relaciones. Significa tener la capacidad de elegir lo mejor para una misma. Y si una mujer elige una pareja, lo hará desde la plenitud, no desde la necesidad. Solo quienes ven la independencia como una amenaza sostienen que una mujer debe hacerse “pequeña” para que alguien la quiera.
Los hombres seguros y con visión no se sienten intimidados por una mujer inteligente y capaz; la valoran. Si alguien se aleja porque una mujer brilla, entonces esa persona nunca estuvo a su nivel. No es que las mujeres se queden solas por ser fuertes, es que se niegan a estar con quien no las respeta.
El problema no es el empoderamiento femenino, sino una sociedad que aún mide el valor de las mujeres en función de su relación con los demás. Las mujeres no son menos que los hombres. Tienen derecho a crecer, a liderar y a decidir su vida sin que eso signifique renunciar al amor o a la compañía. El verdadero amor y respeto no se encuentran en la sumisión, sino en la igualdad.
El miedo a que una mujer se quede sola por ser independiente viene de la idea de que necesita la validación de una pareja para sentirse completa. Pero eso no es cierto. Las mujeres completas no buscan mitades, buscan compañeros que las impulsen y respeten su esencia.
Es momento de cambiar la narrativa. En lugar de preguntarnos si las mujeres empoderadas se quedarán solas, deberíamos preguntarnos por qué sigue habiendo hombres que ven la autonomía femenina como un problema. La verdadera cuestión no es si una mujer es demasiado fuerte, sino si la sociedad está lista para aceptar que su fuerza no es una amenaza, sino una evolución natural.
No se trata de estar en contra de los hombres ni de rechazarlos, sino de construir relaciones en las que ambos sean valorados por quienes realmente son. Porque una mujer no necesita disminuirse para encontrar amor, necesita amor que no la haga disminuirse.
Y si empoderarse significa filtrar a quienes no están a la altura, que así sea. La soledad, cuando se elige, es mil veces mejor que una relación basada en la dependencia o el miedo. Y la realidad es que las mujeres empoderadas no están solas, están rodeadas de quienes realmente las respetan, las apoyan y las ven como iguales.
Así que no, el empoderamiento femenino no deja a las mujeres solas. Lo que hace es darles la oportunidad de elegir mejor. Porque una mujer que sabe lo que vale, no teme esperar a quien realmente sepa apreciarla.

Mayra Machuca
Abogada, Activista, Columnista, Podcaster.
Especializada en análisis y asesoría jurídica, cuenta con experiencia administrativa y jurídica con habilidades destacadas en la resolución de problemas y coordinación de tareas. Experta toma de decisiones estratégicas. Activa en Toastmasters y Renace y Vive Mujer.