La personalidad ambigua está caracterizada por su indiferenciación que equivale a decir déficit de identidad, o déficit de diferenciación entre el yo y el no-yo.
Esta personalidad configura una organización peculiar con un yo cambiante que no tiene falta del sentido de realidad, sino que tiene otro sentido de la realidad distinto al del individuo normal. Hay coexistencia de una multiplicidad de núcleos que no se han integrado y alternan entre sí sin dar lugar a confusión ni contradicción. El yo de la personalidad ambigua no es un yo definido o cristalizado; se halla superpuesto o fusionado. El sujeto ambiguo toma rápidamente como propias ideas o actitudes diferentes y por supuesto ambiguas y confusas en sus comportamientos.
Hacer y manifestarse en diferentes foros de manera diferente dependiendo el foro es contradictorio, actuar con connotaciones diferentes a las actitudes confusas de la misma persona es contradictorio, es ambiguo el comportamiento rayando en la hipocresía.
La ambigüedad y la hipocresía darán la oportunidad de esconder las realidades a las que quisiera referirse la persona ambigua y contradictoria, además de hipócrita.
Tres adjetivos que esconden la perversidad de un perfil, un perfil que no merece la confianza ni la credibilidad de las personas porque solo juega para su propio yo, el yo primero y el yo después y la cercanía con los demás solo obedece a intereses temporales porque todo es finito y las características principales de este tipo de personas son: ficticidad, metamorfosis, permeabilidad, provisoriedad.
Además en términos generales el individuo ambiguo produce fuerte impresión de inautenticidad, alternan con una fácil oscilación y cambio ya que hacen mutaciones fáciles en la asunción de roles con fuerte dependencia a objetos con los que se mimetizan, siendo esto que tienen una habilidad que ciertos seres vivos poseen para asemejarse a otros organismos y a su propio entorno para obtener alguna ventaja funcional. El objetivo del mimetismo es engañar a los sentidos de los otros seres que conviven en el mismo hábitat, buscando en ellos inducir una determinada conducta.
De esa forma hoy estamos gobernados y donde poco importan las necesidades y los pensamientos de los demás, donde la libertad es lo de menos y donde lo de mas es el interés personal, el enriquecimiento con prontitud y abundancia que generen suficiente recursos para poder apoyar los planes del futuro donde se asume manipulada un rol protagónico ficticio, pero se lo cree y lo asume, lo niega y lo afirma, se prepara para asumirlo porque su ego se lo dicta y éste, su ego, es alimentado por los intereses y necesidades financieras del presente de quienes la adulan.
Aunado a la ambigüedad y lo contradictorio le sumamos la hipocresía que no es otra cosa más que ser personas que en la base de su comportamiento tienen una gran inseguridad, lo que los lleva a actuar y camuflar su forma de ser cuando están frente a los otros. Algunas actitudes que muestran este tipo de personas podrían ser: Mostrar una sonrisa a la cara, y por la espalda criticar.- Se centran demasiado en ellos mismos, olvidándose de cómo se puede sentir la otra persona.- Aparecen en los buenos momentos y en los malos desaparecen. Falta de compromiso ante sus propias promesas, no las cumplen.- Tienen una tendencia a mostrarse superiores, y todo esto se observa en el perfil que nos gobierna.
Todos conocemos a personas que sabemos, o que sospechamos, que fingen un comportamiento amigable cuando, en realidad, su afecto hacia nosotros es más bien escaso o nulo. O aquellas que nos muestran una forma de ser, una preocupación, un interés que es más bien un disfraz que se ponen y que, cuando nos damos la vuelta, se lo quitan. Son aquellas personalidades a las que llamamos ‘falsas’ o hipócritas.
Pero el complemento a ese perfil es la mitomanía que es mentir patológicamente, la mitomanía considerada un trastorno psicológico donde la persona es incapaz de dejar de mentir desdibujando la realidad en la que vive ante los demás.
La persona que padece de mitomanía siente que debe mentir porque necesita cambiar su realidad para hacerla más tolerable, el mitómano no miente como forma de consuelo o para mitigar los sentimientos de otros, miente sistemáticamente falseando su realidad, le anexamos mitomanía al perfil que nos gobierna hoy aquí.
Un perfil que nos gobierna con todas estas características no nos augura buenos tiempos por venir, al contrario podrán ser seis años sin pena y sin gloria para el estado en donde habrá muchísima inconformidad y encono incluso en sus mismas huestes políticas porque todos son usados sin posibilidad alguna de sobresalir y prepararse para el futuro político, la única carrera permitida es la del perfil que nos gobierna.
Aunado a todo lo anterior tenemos el léxico del perfil que nos gobierna donde un carretonero se expresa mejor y más educado que el perfil que nos gobierna y lo hace porque ya le entró el peine de la adulación y lo engreída porque está ridículamente convencida de ser mejor que todos los demás, el endiosamiento en el culto del yo y la manifestación turbulenta del ego.
Es claro que no confía en nadie de su grupo cercano e íntimo, los tiene porque los necesita pero no confía y, la prueba de ello, es que quien maneja su entorno personal y político no pertenece al entorno regional y claro que quien la maneja no tiene el concepto regionalista impregnado que pudiera ser un riesgo para el perfil que nos gobierna.
Es un perfil que manipula las leyes a su beneficio, que manipula la riqueza del estado para su provecho, un perfil que no sabe medir los límites de la ambición y la prudencia, del buen comportamiento y de los principios morales y éticos.
Un perfil que nos gobierna desoyendo y rechazando el poder del ciudadano con soeces expresiones de importamadrismo.
Un perfil que nos gobierna que paga la adulación de los medios de comunicación con jugosos contratos sin soporte técnico y mercadológico que respalde las razones, el importamdrismo como norma de gobierno.
Un perfil que nos gobierna a la que le vale madre todo porque lo único que vale es la petulancia de sus decisiones.
Un perfil que nos gobierna con sonora altivez, con marcado clasismo, racismo y egocentrismo.
Egresado de la Facultad de Comercio y Administración por la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Su desarrollo profesional ha sido en empresas privadas en posiciones directivas donde a logrado acumular 42 años de servicio.
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