Decía Montesquieu que el exceso de igualdad conlleva al despotismo y es que en nuestros días tenemos exceso de libertades sobre todo en redes sociales donde todos ya tenemos voz.
Los jóvenes estudiantes están inmersos en este contexto agresivo de opinólogos y es aquí donde la lectura del filósofo alemán Friedrich Nietzsche es útil a recomendar para un mejor contexto.
Nietzsche tuvo una vida complicada, pero sin duda fue un crítico de su sociedad muy agudo, era un provocador y además le tocó vivir los inicios del capitalismo y asimismo, pudo explicar sus posibles consecuencias.
Por ello considero que la novela “Así habló Zaratustra” es una buena encomienda para un alumno de tercer año de secundaria o de bachillerato, pues como introducción a la filosofía o a una narrativa muy seria es adecuada y si, es cuestionable esta recomendación, pero por algo se debe empezar, pues las creencias religiosas se encuentran por los suelos y muchos jóvenes se cuestionan la creencia de un Ser Supremo o de Dios, algunos han parado en ideas básicas de panteísmo o con un odio acérrimo hacia las religiones.
En la novela de Nietzsche el personaje principal es Zoroastro o Zaratustra, el profeta persa fundador de una de las primeras religiones del mundo. Pues él regresa como la promesa de Jesús y con furor poético e ideas lúcidas irá por el mundo enseñando la buena nueva en un peregrinaje similar al de Jesús. En su andar sufrirá de todo y de hecho los sucesos son bastante realistas. De fondo Nietzsche va analizar en esa narración desde las humanidades la sociedad capitalista. Pero no se queda allí, la verdad más dura que dará nuestro profeta es que “Dios ha muerto” y esa es la verdad más importante.
“Así habló Zaratustra” es la versión novelada de un ensayo de Nietzsche titulado “El crepúsculo de los ídolos” en el cual detona la idea de que había que destruir a martillazos todos los ídolos de la razón, pues el mundo a través de un sistema industrializado en la economía, política y sociedad que se presentó a finales del siglo XIX y que al parecer en nuestros días continúa, está lleno de tantas verdades impuestas que todas caen en la ambigüedad y en resumen ni proponen ni dejan proponer.
Nietzsche cuestionó la razón filosófica vaticinando el oscurantismo de la filosofía del siglo XX y XXI, las consecuencias del exceso de la moralidad, los tropiezos de la educación industrializada y que por lo tanto no podemos hablar de educación como una forma de enseñar a pensar y de lo que es la libertad, sino de una instrucción medida para saber solo lo necesario para aprobar las materias, graduarse y realizar un trabajo en justa medida.
Pero también nos va a avisar que para que la sociedad industrial capitalista funcione, será imprescindible que los gobiernos a través de las escuelas hagan un discurso sobre la libertad. Eso provocaría que al paso de unas generaciones las ideologías se impongan sobre la educación, bajando el rendimiento y exigencia académica, aumentando la enajenación y al no saber qué es la libertad o como se mide, el exceso difuso de ésta terminará por embrutecernos a todos.
En tiempos recientes hemos visto cómo algunos gobiernos han comenzado con prácticas represivas, incluso en Facebook ya existe la censura por lo políticamente correcto así como la retórica de algunos mandatarios, quizá deberíamos de volver a revisar el concepto de despotismo y por último la cuestión aquí es ¿Nietzsche tuvo razón o no?
Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Profesor en Preparatoria Lobos de la Universidad de Durango Campus Juárez y en la Escuela Preparatoria Luis Urias.
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