Putin le dijo al Ministerio de Defensa de Rusia que desplegara tropas en las dos regiones para “mantener la paz”, en un decreto emitido poco después de que anunciara el reconocimiento de los separatistas respaldados por Rusia, lo que provocó la condena de Estados Unidos y Europa y prometió nuevas sanciones.

No quedó claro de inmediato si la acción militar rusa es el comienzo de una invasión a Ucrania sobre la que Estados Unidos y sus aliados han advertido durante semanas. No hubo información sobre el tamaño de la fuerza que Putin estaba enviando, cuándo cruzarían la frontera y cuál sería exactamente su misión.

Antes de que se conociera la noticia del decreto del Kremlin, la Casa Blanca dijo que el presidente Joe Biden había hablado con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, y reafirmó el compromiso de Estados Unidos con la soberanía y la integridad territorial de Ucrania.

La administración de Biden también dijo que el presidente estadounidense había reiterado en una llamada telefónica con el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, que Estados Unidos respondería “rápida y decisivamente” y “a la par” en caso de que se intensifiquen los ataques a Ucrania.

El decreto dice que la orden entra en vigencia de inmediato, pero no estaba claro cuándo alguno de los aproximadamente 150.000 soldados rusos que los líderes occidentales dicen que están cerca de la frontera con Ucrania podrían comenzar a moverse hacia territorio ucraniano.

El decreto dice que el ejército ruso ingresará a la región a pedido de la república para “mantener la paz”.

El alcance total del decreto de Putin no está claro, ya que los separatistas reclaman todas las regiones de Donetsk y Luhansk, pero controlan solo alrededor de la mitad de las dos regiones del este de Ucrania.

Se espera que la Duma Estatal y el Consejo de la Federación ratifiquen el 22 de febrero los tratados rusos con los grupos separatistas y, en virtud de esos acuerdos, les proporcionen potencialmente asistencia militar.