“Es una atrocidad”, dijo Biden ante las preguntas de los periodistas que le aguardaban en los jardines de la Casa Blanca, antes de partir rumbo a Wilmington, Delaware.

El mandatario cito, a modo de ejemplo, una de las provisiones de la nueva ley que impide ofrecer agua a quienes hacen fila para poder emitir su voto. “No hace falta saber nada más para darse cuenta de que esto no es más que una maniobra de castigo para evitar que la gente vote”, observó.

Las nuevas reglas para el sufragio en el sureño estado, fueron promulgadas y firmadas el jueves por el gobernador republicano Brian Kemp, y contemplan nuevas restricciones al voto por correo, al tiempo que le brinda a la legislatura un mayor poder sobre cómo se efectuarían los comicios.

Tras criticar la prohibición implícita de que los voluntarios no puedan ofrecer agua a los electores, Biden concluyó que la nueva ley “no tiene nada que ver con la justicia, nada que ver con la decencia”.

Kemp, en tanto, respaldó el jueves en un tuit la aprobación del mandato: “Estuve orgulloso de firmar la S.B. 202 para garantizar que las elecciones en Georgia sean seguras, justas y accesibles. Agradezco el arduo trabajo de los miembros de la Asamblea General para que sea fácil votar y difícil hacer trampas”.

La ley aparece después de que los republicanos perdieran en las elecciones generales de noviembre en Georgia y es el primer estado que revisa y cambia sus leyes tras la victoria demócrata de 2020, tanto en la Casa Blanca como en ambas cámaras del Congreso. Se da la circunstancia de que este estado estuvo en el ojo del huracán con motivo de la campaña del entonces presidente Donald Trump por desacreditar los resultados electorales.