“El ya abismal récord de derechos humanos del gobierno [chino] se está deteriorando mucho más”, expresó un comunicado conjunto emitido el miércoles tras concluir la segunda cumbre de la Alianza Interparlamentaria sobre China (IPAC).

El documento agregó que el “gobierno del Partido Comunista Chino continúa negando a sus ciudadanos la libertad de expresión, pensamiento, consciencia y religión, mientras practica vigilancia masiva, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas contra sus oponentes”.

En la cumbre de la IPAC participaron más de 60 legisladores que volaron hasta Washington DC desde diversas partes del mundo. Desde que la entidad fue fundada en junio de 2020, las delegaciones se han más que triplicado, con legisladores de los cinco continentes.

Beijing ha acusado a menudo a Estados Unidos de estar detrás de cualquier reacción contra su creciente influencia global, pero un vistazo a los miembros de la IPAC refleja que entre las 29 delegaciones, el Reino Unido, Canadá, Japón, Australia y la Unión Europea están mejor representados, y las delegaciones de Suecia e Irlanda fueron iguales que la estadounidense.

El grupo, que ahora cuenta con casi 300 legisladores, celebró su primera cumbre en Roma el año pasado.

Aunque los miembros decidieron unirse a la IPAC por pequeñas razones, hay algo en común que los une, dijo a la Voz de América el legislador británico Iain Duncan Smith.

“Estamos unidos en este principio básico: consideramos que la naturaleza de China, el crecimiento de China, el poderío de China, las ambiciones militares de China, son amenazadores”, dijo Smith, quien fue líder del Partido Conservador británico. Smith fundó la IPAC junto con su colega laborista Helena Kennedy, una de las más distinguidas abogadas británicas y una destacada activista por los derechos humanos.

Cada delegación de la IPAC está encabezada por dos legisladores, “uno de la derecha y otro de la izquierda”, explicó Smith, porque este formato refleja la naturaleza de las sociedades democráticas y forma la base de la fortaleza y solidez del grupo.

Smith sostiene que para contrarrestar el poderío estatal chino se necesitan esa fortaleza y solidez.

“Yo creo que China presenta la mayor amenaza individual al orden liberal y el libre mercado porque ha establecido, gracias a grandes inversiones masivas de Occidente, la segunda mayor economía del mundo y, quién sabe, quizás podría convertirse en la primera pronto, así que los hace mucho más potentes que Rusia”, dijo Smith.

Catalin Tanita, de la delegación de Rumania, también se preocupa más de China que de Rusia, a pesar de la guerra en Ucrania. “No necesitamos otro jugador al estilo de Rusia con un poderío económico 10 veces mayor”.

Smith considera que China ha mejorado el modelo original soviético al percatarse que se necesita una economía creciente para financiar el poderío militar, el control y las operaciones de influencia en el extranjero.

“Nuestro problema es que los ayudamos a eso sin pensar más allá de unos días … nos hemos convertido en más dependientes de ellos y menos inclinados a desafiarlos. Pienso que tenemos que invertir eso”, señaló.

Lo más preocupante, es que China no solo practica un estilo de gobierno que todos perciben como autoritario, e incluso totalitario, sino que se ve a si misma como un ejemplo a seguir por los demás. “Y esa es la amenaza”, dijo Smith.

El mensaje central del grupo a los gobiernos es: “No les permitan más, no los dejen que se sigan enriqueciendo, no les suministren más herramientas, porque hemos visto lo que han hecho con el dinero y las herramientas”, concluyó el legislador.