Micaela Cabañas, representante de las víctimas de la guerra sucia, declara que tiene confianza en el nuevo organismo porque sabe quiénes lo dirigen y, principalmente, quien administra al país.
Naucalpan de Juárez, Estado de México (ADN / Martín Orquiz) – Este día comenzó la labor de la Comisión para la Verdad, el Esclarecimiento Histórico y el Impulso a la Justicia de los Hechos Ocurridos entre 1965 y 1990, acto que fue encabezado por el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
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El objetivo del organismo es revisar los archivos e instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) donde, al parecer, se cometieron violaciones graves a los derechos humanos, dio a conocer el subsecretario de Derechos Humanos, Población y Migración de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas Rodríguez.
Durante su participación, López Obrador dijo que se trata de un acto muy fuerte y, al mismo tiempo, lleno de significados y dolor; pero, también es un acto de esperanza para buscar cerrar una etapa de sufrimiento y represión para dar inicio a una nueva.
Añadió que los que lucharon por una patria justa, libre e independiente no tuvieron la posibilidad de hacerlo con movilizaciones y, en algunos casos, con las armas, porque no había manera de buscar una transformación, de hacer valer la justicia ante el predominio de un régimen autoritario, antidemocrático.
“Ya todos sabemos que se hacían las elecciones sólo para cumplir con un requisito, para llenar el expediente, la Constitución se respetaba en la forma y se violaba en el fondo, y eso fue lo que llevó a muchos a tomar el camino de la lucha social, y la respuesta del Estado fue la represión, el exterminio, el autoritarismo”, mencionó.
El presidente aseguró que están cambiando las cosas en el país y en el mundo, por lo que el acto que se realizó es una prueba de que se está modificando ya que se quiere ir al fondo con la participación de todas y de todos.
Indicó que es un acto de reconciliación nacional necesario, porque no se le puede dar vuelta a la hoja así nada más, sino que conocer la verdad y que haya justicia para que no se repitan actos oprobiosos ni haya represión y autoritarismo en el país.
Lo más importante, continuó, es el derecho que tienen los familiares de las víctimas para pedir justicia y no debe de olvidarse que la responsabilidad principal, incluso legal, recae en las autoridades civiles.
El presidente es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas, entonces actos que han manchado la trayectoria de contribución al desarrollo de México de las Fuerzas Armadas han estado vinculados con órdenes recibidas por gobiernos civiles, indicó.
El Ejército mexicano, dijo, surgió de un movimiento revolucionario y es distinto a la mayoría porque tiene sus orígenes en el pueblo, el soldado es pueblo uniformado y existe entre los oficiales de alto rango una vinculación directa con la gente, no hay una cúpula militar que pertenezca a la oligarquía, como sucede en otras naciones.
La representante de las víctimas, Micaela Cabañas Ayala, hija de Lucio Cabañas Barrientos, indicó que su abuelo tendría ahora 84 años; fue maestro rural y se preocupó por las causas nobles del pueblo y, en un afán de defender en un mitin de padres de familia, lo trataron de asesinar.
El pueblo, por el cariño que le tenía, lo protegió, así murieron las 11 personas en el zócalo de Atoyac el 18 de mayo de 1967, en ese momento inicio de la guerrilla del maestro Lucio, que fue obligado por el gobierno a ir a las montañas, a pedir justicia y organizar al pueblo para pedirla.
A partir de esa fecha y durante los siguiente 7 años, Lucio se mantuvo en rebelión y lucha por la transformación de las condiciones de vida, la opresión y la miseria de los campesinos, mediante la organización de los pueblos de la sierra de Guerrero.
Un 2 de diciembre de 1974, en un comunicado, el general Cuenca Díaz, secretario de la Defensa Nacional de ese entonces, informó que en El Otatal, Guerrero, grupos militares se enfrentaban con rebeldes, donde resultó muerto Lucio, Roberto, Arturo y René.
Lo sepultaron clandestinamente en Atoyac, en el panteón municipal. Ahora, después de tantas luchas de la familia Cabañas y de muchas organizaciones sociales, se logró recuperar el cuerpo está sepultado en el Zócalo, en la plazuela de Atoyac de Álvarez.
“Soy orgullosamente la única hija del maestro Lucio Cabañas Barrientos y la señora María Isabel Anaya Nava. Tras el cerco que perseguía a mi padre, un noviembre de 1974, en alguna casa del poblado de Tixtla, Guerrero, fuimos aprehendidos mi abuela, mis tíos, mis primos. Todos éramos niños”, contó.
Fueron aprehendidos y llevados al recinto donde este día comenzó el trabajo de la Comisión para la Verdad, algo que en aquél tiempo era muy normal.
El campo militar que, en ese entonces, era considerado el centro clandestino de reclusión más grande de esa época.
“Ahí empezó nuestro calvario, cuando llegamos aquí, mi madre fue torturada, fue violada y fue ultrajada, pero me defendía, porque dice que en las noches llegaban los militares y me tomaban de un pie y ponían una pistola en la cabeza y me decían: Dinos dónde está Lucio”, mencionó.
En algún lugar de ese edificio, dijo, aprendió a caminar, a correr y a decir sus primeras palabras.
“Con el cobijo de mi madre y de toda la familia Cabañas, que aquí nos encontrábamos en la clandestinidad, porque así lo dijeron el gobierno de ese entonces, sufrimos tortura, tortura física, moral y sicológica y muchas otras violaciones, incluida la sexual, puesto que mi madre salió de aquí embarazada del gobernador de ese entonces del estado de Guerrero”, expresó.
Por más de 50 años, agregó, la familia Cabañas ha sido invisibilizada, han querido borrar toda esa historia que tiene que contar; sin embargo, hoy están en ese lugar y agradeció a las autoridades que hoy gobiernan el país porque les están dando voz y acceso a la justicia.
“Sin embargo, tengo que decirles que, con nada, nos van a pagar todo lo que pasamos y todo lo que sufrimos en estos lugares, con nada nos van a regresar a nuestras personas y familiares que quedaron en la espera de justicia. Se están yendo y no llega”, añadió.
Dijo tener confianza en esta nueva comisión porque tiene conocimiento de quienes la están dirigiendo y, principalmente, en quien dirige el país.
En este lugar, donde muchos niños, niñas y adolescentes revolucionarios, de pensamientos liberales y progresistas, que tenían la ilusión de cambiar sus entornos de justicia, es donde vieron apagadas sus aspiraciones de un nuevo México y de un pueblo donde hubiera oportunidades de progreso para la población más pobre y desprotegida, expuso.
“Queremos acceder a la justicia, queremos que nuestros familiares regresen. Yo quiero justicia por el asesinato de mi padre y de mi madre, yo quiero acceder a esa justicia, yo confío”, declaró.
¡Felicidades a la gobernadora por sus merecidos reconocimientos en el Congreso Internacional de Mujeres y Líderes Empresariales! #Chihuahua #LíderEmpresarial #DesarrolloEconómico