Los analistas económicos y expertos no descartan que estemos ante el escenario de una eventual recesión en la economía de acuerdo a los indicadores de mercado, la inflación, los precios de los hidrocarburos y materias primas y la guerra en Ucrania.
Washington, DC. (VOA) – El inmigrante salvadoreño Elmer Chicas desconoce las terminologías de la economía, pero sí reconoce que en su bolsillo cada vez abundan menos los dólares. También tiene claro que “la situación de la economía está mal” y por eso, además de sus jornadas regulares de trabajo, hace horas extras como pequeño comerciante de frutas en una calle en el vecindario de Arlandria, en la periferia de Washington D.C.
Ese sentir también lo comparte su compatriota Elsy Portillo, quien marca la llegada de la pandemia de COVID-19 a principios de 2020 como el punto de partida para el encarecimiento del costo de vida, el que ha visto agudizarse desde mediados de 2021.
Los precios de la canasta básica y combustibles son los que más recienten el bolsillo de los consumidores y a razón de esto, trabajadores consultados por la Voz de América auguran un año de dificultades.
Cuando los precios de los hidrocarburos se han disparado, las materias primas van en alza, la inflación toca picos no vistos en 40 años a escala global, y la guerra en Ucrania con las sucesivas sanciones de la comunidad internacional contra Rusia complican las cadenas de suministros, expertos no descartan que la recesión económica esté a la vuelta de la esquina.
Pero no se puede predecir cuándo comenzaría, cuánto podría durar y qué países serían los más impactados, ni a quiénes afectaría más una contracción económica a escala global.
Sobre todo cuando funcionarios de alto rango como la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristina Georgieva, reconocen que “el horizonte se ha oscurecido”, como expuso hace unos días al revisar las Perspectivas Económicas del mundo durante el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza.
También los expertos tratan de identificar qué letra del alfabeto –para categorizar las recesiones- podría mostrar mejor en el escenario actual con las variables económicas del momento y qué efectos tendría la recuperación.
Dependiendo de la prolongación de la caída y recuperación así se han tipificado las recesiones con la forma de las letras K, L, U, V, W, caída y recuperación, según las formas de estas letras.
¿En que consiste una recesión?
En la jerga económica se considera una recesión cuando el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de un país se contrae durante dos trimestres consecutivos. Esta sería la lectura más técnica de la recesión.
No obstante, otros analistas consideran que se ha entrado en una recesión cuando la actividad económica disminuye significativamente y se extiende de manera transversal a todos los indicadores, se materializa en la caída de ingresos de los consumidores “y puede durar de unos meses o más”.
Pero organismos multilaterales como el FMI, Banco Mundial (BM) y Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se alinean bajo el concepto de que una recesión ha llegado y se ha extendido a escala global cuando el promedio de los ciudadanos del planeta experimentan una “caída significativa de sus ingresos reales”.
¿Por qué se tipifican en letras?
Esta lectura trata de caracterizar las recesiones económicas a partir de la lectura visual de cada letra asignada, y cómo la caída y recuperación se dibujan en los trazos de cada grafo asignado. Así las hay en K, L, U, V, W.
¿En qué consiste la recesión en L?
¿Cómo se tipifica una recesión en U?
¿Cuándo se produce una recesión en V?
¿Qué caracteriza una recesión económica en W?
¿Por qué se considera que hay recesiones en K?
¿Estaríamos ante una una caída de la economía?
Diversos expertos discrepan de si se estamos a punto de entrar a una recesión. Voces autorizadas como el jefe del Banco Mundial, David Malpass, han dejado ver que la situación apunta hacia ahí, como algo que puede pasar dado el contexto global.
Durante el desarrollo de un evento sobre mundo empresarial, Malpass dijo que la maquinaria se ha puesto a trabajar para ver “cómo se evita una recesión” ya que los precios de las fuentes de energía siguen en aumento, igual que los roductos de primera necesidad, lo que hace difícil descartar tal posibilidad.
“La idea de que los precios de la energía se dupliquen es suficiente para desencadenar una recesión por sí sola”, y como estratega del BM mantiene la vista puesta en China, que este año ha mantenido un cierre prolongado para llegar a cero casos de COVID-19, lo que pone en riesgo la contracción en la potencia asiática que por si sola representa el 19 % de la producción mundial.
Pequeños negocios tratan de prepararse para el impacto de otra recesión. El inmigrante Nelson Zavaleta, que posee una oficina de servicios múltiples en Virginia, comenta a la VOA que a diferencia del quiebre de la economía en 2008, si de llegar algo similar este año la situación sería peor “porque hoy el costo de vida está mucho más caro”.
Desde su perspectiva, la crisis de 2008 que comenzó con la caída del mercado de vivienda y se fue extendiendo a otros sectores, no se vaticinó con tanta antelación como en la actualidad, que desde todos los frentes ha subido la preocupación con la inflación al alza, la guerra en Ucrania y la lenta recuperación económica que ha supuesto la pandemia, a pesar del rebote que experimento en 2021.
Incluso el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no ha descartado que la economía pueda contraerse, pero su administración confía en las recetas de Reserva Federal que ha puesto los mecanismos técnicos de ajustes de tasas de interés para enfriar la economía y estabilizarla para evitar caer en cualquiera de las letras.
La sección de Economía de CNN publicó este fin de semana que hay tres señales que indican que la economía de Estados Unidos pierde impulso: la primera es el mercado laboral, que si bien mostró crecimiento de 390.000 nuevos empleos en mayo, la cifra es inferior a lo que venía registrando el país desde 2021.
En segundo lugar el mercado de vivienda tiende a estrecharse por el incremento de los costos de los préstamos luego del ajuste de tasas de interés impuesto por la Reserva Federal, lo que saca del mercado a posibles compradores de vivienda.
Y el tercer indicador referencial conocido como “Libro Beige”, en el estudio más reciente de Reserva Federal publicado la semana pasada, indica que los 12 distritos en que divide el país experimentaron crecimiento, pero puede observarse que las condiciones financieras más ajustadas han empezado a calar para enfriar la economía.
“Los contactos del sector minorista observaron cierta moderación, a medida que los consumidores se enfrentaron a precios más elevados, y los contactos del sector inmobiliario residencial observaron debilidad, ya que los compradores se enfrentaron a precios elevados y a tasas de interés crecientes”, señala el informe conocido como “Libro Beige”.
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