Mujer interrumpe obra para exhibir ataque de compañeros; exige justicia y visibiliza violencia en espacios culturales.
Ciudad Juárez, Chih. (ADN/Arturo Hernández) – Lo que debía ser una noche de entretenimiento en el Teatro Octavio Trías se convirtió en una escena real de denuncia y dolor. Miriam Morales García, exjefa de seguridad del Centro Cultural Paso del Norte, irrumpió la noche del martes una función teatral para denunciar, con visibles huellas de violencia en el rostro, haber sido víctima de una brutal agresión por parte de cuatro compañeros de la empresa de seguridad privada ERANA.
La intervención ocurrió cerca de las 7:15 de la tarde, mientras el público se preparaba para disfrutar de la obra “Pic Nic” de la compañía teatral “Clau”. Con el recinto lleno y los reflectores encendidos, Morales subió al escenario y, entre lágrimas, dirigió su testimonio al público, afirmando haber sido golpeada y despedida injustificadamente tras denunciar irregularidades dentro de su centro de trabajo.
En su relato, Miriam detalló que el ataque ocurrió el lunes anterior, alrededor de las 17:20 horas, cuando fue interceptada por cuatro compañeros identificados como Yoselin Cervantes, Diana Cervantes, Iván Meléndez y Ángel Osegueda. Según su versión, la agredieron con golpes en la cabeza, patadas, e incluso mordidas en la oreja, mientras gritaban amenazas como “¡Mátala por chismosa!”. También denunció que su compañera Dulce, quien presenció la agresión junto a su hijo menor de edad, fue incapaz de intervenir ante la violencia desatada.
La denunciante explicó que el conflicto inició tras reportar irregularidades laborales como ausencias de guardias, abandono del recinto y negligencias que, según dijo, ponían en riesgo el patrimonio cultural y la seguridad de los asistentes. Aseguró que sus advertencias fueron ignoradas por supervisores, y que posteriormente enfrentó represalias que culminaron en su despido.
Durante su intervención, Morales expresó: “Si me hubieran matado, hoy sería una cifra más en Juárez. ¿Eso quieren?”, con la voz quebrada por el dolor. Aseguró haber presentado ya una denuncia formal ante la Fiscalía General del Estado y la Fiscalía Especializada de la Mujer (FEM), y solicitó el respaldo de organizaciones civiles y medios de comunicación.
El inesperado testimonio provocó un silencio entre los asistentes, que terminó en una ovación solidaria. La función quedó suspendida, pero el acto espontáneo convirtió al teatro en un espacio de visibilización de la violencia de género, en una ciudad donde la violencia contra las mujeres continúa siendo una de sus problemáticas más urgentes.
El caso ha despertado indignación entre colectivos feministas y usuarios de redes sociales, quienes han pedido a las autoridades garantizar la integridad de la denunciante, investigar los hechos con perspectiva de género y sancionar cualquier acto de represalia. Hasta el momento, no hay un posicionamiento oficial de la empresa ERANA ni del Instituto Chihuahuense de la Cultura, responsable del recinto.
Miriam Morales cerró su intervención con un llamado claro: “No quiero venganza, quiero justicia. Soy mujer, soy madre, y no voy a quedarme callada”. La escena, no escrita en ningún guion, reveló una dolorosa verdad: en Ciudad Juárez, ni los espacios culturales están libres de violencia.

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