Estoy convencido de algo: el mundo le pertenece a quienes se atreven a ser valientes, constantes y apasionados. Y como dice Carlos Ibarra de “Vamos a ver por ellos” A.C. “el mundo es de los que ven”. Y aunque la vista, la valentía y la constancia son indispensables, hay una cualidad que enciende todo lo demás: la pasión.
La pasión es uno de los sentimientos más profundos que puede experimentar el ser humano. Puede nacer hacia una persona, un hobby, un trabajo o una causa. Pero en el liderazgo, la pasión se convierte en un motor indispensable que impulsa el crecimiento personal y profesional.
Un líder sin pasión corre el riesgo de apagarse. La rutina lo consume, la presión lo desgasta y los obstáculos lo vencen. En cambio, un líder apasionado encuentra energía en medio de la adversidad. La pasión no elimina las dificultades, pero transforma la manera en que las enfrentamos: convierte cada reto en una oportunidad para crecer.
La pasión sostiene la valentía
La valentía necesita un combustible, y ese combustible es la pasión. Quienes han decidido tomar las riendas de su vida y llevarla a otro nivel no lo hicieron por casualidad. Fue su pasión la que les dio coraje para arriesgarse, para perseverar cuando otros se rindieron y para soñar en grande cuando muchos limitaron su visión.
Una vida sin pasión es como un viaje sin destino. Avanzas, pero sin claridad ni entusiasmo. En cambio, la pasión abre horizontes, da dirección y sostiene la constancia necesaria para lograr resultados.
El eco de la pasión en el liderazgo
Mi maestro y mentor en liderazgo John Maxwell lo expresó con claridad cuando dijo que la pasión le permitió:
- Creer cosas que de otro modo no habría creído.
- Sentir cosas que de otro modo no habría sentido.
- Intentar cosas que de otro modo no habría intentado.
- Lograr cosas que de otro modo no habría logrado.
- Conocer a personas que de otro modo no habría conocido.
- Motivar a personas que de otro modo no habría motivado.
- Liderar a personas que de otro modo no habría liderado.
Estas frases me recuerdan que la pasión no solo amplía lo que hacemos, sino también quiénes podemos llegar a ser como líderes. Y deseo que a ti tambien te recuerden y te ayuden en tu impulso como líder.
Por eso de comparto estas tres herramientas prácticas para mantener viva la pasión
- Conecta con tu propósito. Vuelve a la raíz de por qué haces lo que haces. Tener claro tu “para qué” mantiene viva la llama de la pasión.
- Rodéate de inspiración. Busca líderes, mentores y comunidades que te reten a crecer. La pasión es contagiosa.
- Celebra los avances. No esperes solo las grandes victorias. Reconocer cada paso te dará energía para seguir.
El liderazgo no es únicamente estrategia ni resultados. Es un fuego interior que impulsa a creer que podemos marcar la diferencia. Ese fuego se llama pasión.
Refelxiona ¿qué cosas han provocado tu pasión por liderar? La respuesta puede mostrarte no solo tu fuente de energía, sino el verdadero ADN de tu liderazgo.
Soy Israel García,
¡Te dejo un fuerte abrazo¡

Israel García
Consultor en Liderazgo y Desarrollo Personal certificado por Maxwell Leadership. Anfitrión de Expoliderazgo El Podcast, potencia equipos y personas con estrategias que elevan productividad y rentabilidad. Conecta desde la experiencia y la acción.


