Ovidio Guzmán López, conocido como “El Ratón” e hijo del famoso narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, se presentó en su primera audiencia en una corte de Chicago, donde aceptó los cargos que le imputa la justicia estadounidense.
Chicago, Illinois (ADN/Staff) .- Durante la audiencia, presidida por la jueza Sharon Coleman, Guzmán López se declaró culpable de tráfico de drogas en territorio estadounidense y aceptó ser líder del Cártel de Sinaloa, organización que ha sido catalogada como una asociación terrorista por la Administración de Donald Trump.
El hijo de “El Chapo” fue detenido el 5 de enero de 2023 y extraditado a Estados Unidos el 15 de septiembre del mismo año. La corte le impuso una multa de 80 millones de dólares, reflejando la gravedad de los cargos en su contra. La aceptación de culpabilidad por parte de Guzmán López ha generado un intenso debate sobre las negociaciones entre las autoridades estadounidenses y los líderes del crimen organizado.
Alberto Guerrero Baena, consultor en materia de seguridad, comentó en una entrevista que la declaración de culpabilidad de Guzmán López puede estar vinculada a una negociación previa con las autoridades estadounidenses. Según Guerrero, aunque se presenta como una decisión voluntaria, es probable que existan acuerdos que beneficien al capo en su situación legal. Este tipo de negociaciones no son inusuales en el contexto de la lucha contra el narcotráfico en México y Estados Unidos.
El analista también se refirió a la paradoja de que, a pesar de que el Gobierno estadounidense clasifica a los cárteles mexicanos como terroristas, continúan estableciendo pactos con figuras como Ovidio Guzmán. Guerrero sugirió que esto se debe a una “economía política del narco”, donde las autoridades reconocen que estos individuos pueden ser útiles para ejercer presiones políticas y obtener información valiosa.
Las declaraciones de Guzmán López, quien ahora tiene el estatus de testigo protegido, deberán ser verificadas por las autoridades estadounidenses. Sin embargo, la jueza Coleman será la encargada de decidir si acepta o rechaza la información proporcionada por el capo. Esta situación plantea interrogantes sobre la credibilidad de un criminal confeso y las implicaciones de su testimonio en el contexto de la lucha contra el narcotráfico.
Finalmente, el consultor Guerrero advirtió que cualquier intento de falsear información por parte de Guzmán López podría resultar en la pérdida de los beneficios asociados a su estatus de testigo protegido. Este caso continúa siendo un punto focal en la relación entre México y Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico y el tráfico de drogas, y podría tener repercusiones significativas en futuras negociaciones y políticas de seguridad.

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