Las autoridades del área de Minneapolis decretaron un toque de queda a partir de las 10:00 de la noche para tratar de mantener a las multitudes fuera de las calles, pero cientos de personas se congregaron en el exterior de la jefatura de policía del suburbio de Brooklyn Center para pedir justicia.

La policía ordenó a la multitud que se dispersara y en las confrontaciones posteriores los manifestantes lanzaron objetos a los agentes y estos respondieron con granadas de gas y de concusión.

Las protestas comenzaron el domingo por la noche después de que la agente policial Kim Potter mató a Daunte Wright. La oficina forense del condado de Hennepin dijo que Wright murió de un disparo en el pecho y clasificó su muerte de homicidio.

Los fiscales del condado refirieron el caso al vecino condado de Washington, donde el fiscal principal Pete Orput dijo que esperaba que hubiera una decisión sobre emitir cargos para este miércoles.

El alcalde de Brooklyn Center, Mike Elliott, informó que había solicitado al gobernador de Minnesota que asignara el caso a la fiscalía estatal.

En un comunicado el martes, la Policía y la Asociación de Agentes de Policía de Minnesota expresaron que “no debían sacarse conclusiones hasta que se complete la investigación”.

Potter, una veterana de 26 de la policía de Brooklyn Center, renunció el martes. Potter dijo en una carta que consideraba que lo mejor para la comunidad, su departamento y sus compañeros era su renuncia inmediata.

Elliot anunció el martes que el jefe de policía, Tim Gannon, renunciaría también.

Gannon explicó el lunes en una conferencia de prensa que Potter disparó accidentalmente su arma contra Wright creyendo que estaba usando su pistola paralizante.

La pistola paralizante, o Taser, es un arma no letal que genera un corrientazo eléctrico para incapacitar a un individuo, lo que permite a los agentes dominar una situación sin resistencia.