Crónicas del Poder
“…El Ogro Populista…”
AMLO es insaciable en cuanto a las persecucines en contra de sus odiados clasemedieros, neoliberales, científicos y académicos, intelectuales que pueblan las diversas instituciones o comunidades educativas y culturales de nivel superior que no se repliegan con humildad hacia las glorias “utópicas y revolucionarias” vergonzantes de la 4T. Véase el caso del CONACYT, de la UNAM y ahora del Centro de Investigación y Docencia Económica –CIDE- que es otra institución con prestigio nacional e internacional en lo que respecta a la generación de conocimiento de indudable consistencia y legitimidad en el plano Académico y de Investigación. Voces Libres convoca a la Conversación a la Doctora Catherine Andrews, Investigadora reconocida del CIDE y recientemente cesada en su condición de Secretaria Académica de manera arbitraria por un director interino de nombre José Romero Tellaeche, que en su condición de autoridad interina del CIDE, se abanderó con la consigna de combatir el “neoliberalismo” imperante en la institución académica de nivel superior, y que ya a estas alturas enfrenta protestas en la calle por parte de estudiantes que piden su renuncia y la instauración de un proceso de diálogo armonizador que se acompañe de la restitución en sus respectivos puestos de Investigadores y Directivos renunciados por el referido virulento director interino, una de esas demandas estudiantiles de restitución de puesto es precisamente la de Catherine Andrews, cuya posición Voces Libres la expone a continuación.
“…¿Cuáles son las aptitudes indispensables para dirigir un centro público de investigación como el CIDE? No me refiero a los requisitos administrativos que establecen los Estatutos Generales de los centros, sino las calidades humanas y políticas para el buen desempeño de las actividades académicas y administrativas…”
“…En primer lugar, es fundamental entender cómo funciona el centro y poseer un conocimiento profundo de sus estatutos. Ello permite que la dirección del centro se mantenga dentro de la legalidad, cumpla con sus obligaciones como entidad paraestatal y exista un ambiente propicio para el trabajo. Segundo, como cualquier servidor o servidora pública, quien aspire a dirigir un centro público de investigación debe tratar a su comunidad con respeto. Es importante que sepa escuchar al profesorado, al alumnado y a la comunidad administrativa y de servicios; que entienda los retos que enfrentan cotidianamente para realizar su trabajo y que reconozca que parte de su responsabilidad es resolver los problemas rutinarios del centro. Debe ser capaz de dialogar y negociar con los integrantes de la comunidad para construir soluciones…”
“…En el caso particular del CIDE, estas dos calidades requieren que el o la directora conozca el Estatuto General (EG), el Estatuto de Personal Académico (EPA) así como los reglamentos y lineamientos que derivan de ellos. De esta manera, sabrá que la gobernanza del centro está fundada en el trabajo colegiado. Entenderá que la vida institucional gira, sobre todo, en torno a tres cuerpos colegiados: el Consejo Académico, el Consejo Académico Administrativo y las Comisiones Académicas Dictaminadoras. Aunque la voz de la Dirección es importante en todos ellos, en ninguno es predominante…”
“…Por esta razón, importa la habilidad negociadora y el buen trato. Cualquier directora o director del CIDE debe estar consciente de que la legitimidad de sus acciones deriva del consenso de la comunidad. Las decisiones unilaterales, hechas sin consultas, sin fundamento ni motivación, generarán malestar, crearán inestabilidad y harán ingobernable al CIDE…”
“…Desgraciadamente para el CIDE, el actual director general interino, Dr. José Antonio Romero Tellaeche, no reúne ninguna de las calidades mencionadas. La protesta estudiantil y del sindicato académico que hoy se realiza ante el CONACYT es resultado de su desconocimiento de los estatutos del centro, su abierto desprecio a la comunidad y la toma de decisiones arbitrarias, irreflexivas y repentinas…”
“…La gota que derramó el vaso fue la suspensión irregular de las Comisiones Académicas Dictaminadoras (CADIs) y mi destitución como secretaria académica ocurridas el martes 16 de noviembre de 2021. Con ello puso de manifiesto no solo su desconocimiento del Estatuto del Personal Académico, sino también la irreflexión de sus actos. Destituir a la secretaria académica por no permitir la suspensión de las CADIs es un acto cuestionable; pero removerla durante un periodo de interinato cuando ya está en marcha el proceso de auscultación para la designación del nuevo director general fue un acto imprudente…”
“…Además, las circunstancias de la destitución hablan del poco criterio del Dr. Romero como director. Como consta en el acta de la CADI del martes 16 noviembre de 2021, se tuvieron que suspender las evaluaciones programadas porque “no existen condiciones mínimas para continuar sesionando en tanto que la Secretaria Académica, la Dra. Catherine Andrews, fue destituida en plena sesión de evaluación por dos personas que interrumpieron la reunión, decisión que fue ratificada el mismo día de manera formal por el Dr. Romero Tellaeche”. Al mandar dos profesores (contratados además por él mismo en fechas recientes) para hostigar e intimidar a otras en el ejercicio de sus funciones, demuestra no solo una falta de respeto, sino una incompetencia profunda para ser director general…”
Esta es la visión y postura de una Académica de la Historia en el CIDE, por supuesto, también Profesora de la misma Institución. La arremetida de la 4T tiene que ver seguramente con ese impostor intento de AMLO para intensificar su obsesión por fomentar odios que puedan redituarle beneficios electorales que incluso lo han de manera oportunista incitado a romper con la versión oficial de la historia que le tocó abrevar en la escuela, es decir, el nacionalismo revolucionario. Si su partido se perpetua en el poder, seguramente la educación pública dará un viraje al nacionalismo nativista. Desde el bautizo de su partido insinuaba ya la intención de enfrentar a los morenos contra los blancos. Es necesario hoy en México afirmar que la inteligencia nacional debe defenderse del “asalto populista” que actualmente la acosa. Con todos sus problemas, el CIDE es hoy en México indispensable para discutir desigualdad, pobreza, violencia, derechos humanos, migración, discriminación, cambio climático, políticas públicas, justicia, comercio, filosofía política, historia nacional e internacional.
¿Por qué la inquina? ¿Qué de malévolo hay en discutir y producir trabajo académico de alto nivel en estos temas? ¿Había que acabar con la grilla de asesorías regresando al CIDE a un mítico origen echeverrista? No menos sugiere el hoy interventor de la 4T, director interino del CIDE, José Romero.
Sin duda, el intento de asalto al saber por parte del poder.
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