Se trata de construir una mentalidad transformadora, de un compromiso social y un apoyo real entre nosotras.
Debemos tener claro el significado real de la sororidad, es un pacto político social y emocional construido entre mujeres, es saber que juntas somos mucho más fuertes que por separado, que el empoderamiento sólo es posible si creamos fuertes alianzas entre nosotras buscando generar un cambio en nuestra sociedad, de una manera más colectiva. Se trata de construir una mentalidad transformadora, de un compromiso social y un apoyo real entre nosotras.
El pasado lunes presentamos una queja ante la comisión estatal de derechos humanos en nombre de las diputadas federales priistas, en contra de la gobernadora de Campeche Layda Sansores por las acusaciones que ha ejercido en los últimos días en contra a las legisladoras afirmando que existen audios, videos, y fotografías íntimas que atentan y vulneran a la mujer.
Al ser dirigente de las mujeres priistas en mi estado me siento molesta, porque no sólo se vulnera nuestra capacidad política, sino la manera en la que hemos llegado a diversas posiciones gubernamentales y de elección popular en la historia política de nuestro país. Es inadmisible la falta de sororidad que existe entre mujeres y más aún cuando el ataque proviene de otra mujer. Demerita el trabajo de cada una de las que estamos encauzadas a la política y a ser generadoras de cambio, muchas nos hemos dedicado a capacitarnos territorial y académicamente. No podemos permitir que el gobierno federal tolere la violencia política de género, mucho menos que pretenda institucionalizarla.
Me han comentado diversos periodistas de mi localidad que estoy defendiendo al presidente de mi partido Alejandro Moreno Cárdenas, a lo cual mi respuesta ha sido que están equivocados esta vez no defiendo al presidente defiendo a cada una de las mujeres que se encuentran dentro de la política en nuestro país, la frase que dice si tocan a una nos tocan a todas, no solamente es un grito de una marcha es una realidad. No se trata de colores, se trata de que entre nosotras nos tenemos que apoyar y defender de quien se atreva a violentarnos, caminar juntas y avanzar sin violencia.
Muchas mujeres que hemos tenido la convicción de dedicarnos y hacer una carrera política somos madres, esposas, hijas, empresarias, estudiantes y nos ha tocado luchar el doble, poner el doble de esfuerzo y enfrentar un sinfín de situaciones, para que demeriten y pongan en tela de juicio el cómo se llega a ciertas posiciones. Se ha demostrado a lo largo de la historia la capacidad que ha tenido el género femenino al ocupar diversas posiciones de gobierno y en las filas dentro de los partidos.
La creciente presencia electoral femenina nos obliga a identificar de qué se trata la ya legislada y tipificada violencia política por razón de género referente a que actos que inhiben o quebranten los derechos de representación, pero esta pedagogía de la democracia en tiempos de paridad, tomó un giro cuando la agresión provino de otra mujer.
También debemos ser realistas, no solo pasa con los señalamientos hacia nuestras legisladoras, pasa en las mismas filas de los partidos, donde existen otras mujeres que acusan, señalan y hablan de ellas, en los oscurito de los pasillos partidarios. Demeritando unas a otras el trabajo y trayectoria de las demás compañeras. Hacer política también es una acción femenina que requiere de un pacto entre mujeres, en el cual se considere aunar las fuerzas con respeto a la diferencia, no somos iguales, ni inferiores, somos múltiples, diversas y únicas. Dejémoslo claro, la sororidad es un pacto político genuino y sin jerarquías. No solo se trata de usar una palabra que está de moda, la sororidad tenemos que construirla.
Criminóloga y Empresaria Juarense
Actualmente Presidenta del Organismo Nacional de Mujeres Priistas en el Estado de Chihuahua (ONMPRI) y Estudiante de Administración de Empresas en la Universidad de la Rioja España.
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