“La razón del ejército en las calles es la de recuperar la fortaleza del Estado y la seguridad en la convivencia social mediante el combate frontal al narcotráfico y otras expresiones del crimen organizado”. FCH.
Antes que nada debemos saber que es militarización de un país para poder entender de qué lado está la verdad, la razón y la necesidad de los acciones presidenciales.
La militarización se puede entender de diversas maneras, la primera de ellas tiene que ver con la potencialización de las fuerzas armadas; para otros, la militarización es la utilización de las fuerzas armadas en tareas no tradicionales, como el combate a la delincuencia. Otros le llaman militarización al uso de las fuerzas armadas para combatir las amenazas internas de carácter no militar o para realizar misiones que le competen a las policías, como el combate del crimen organizado. Finalmente, puede llamarse militarización a la existencia de facto, si bien no de jure (con reconocimiento jurídico legalmente), de un gobierno militar.
La militarización es el proceso por el cual el estamento militar participa e incide en la sociedad, la política, la economía y la educación. La militarización en la política se plasma por la asunción, por parte de militares, de responsabilidades políticas. El caso más evidente de militarización política es el encarnado por las dictaduras militares. Sin embargo, los sistemas democráticos no están exentos de la presencia de militares entre los altos cargos políticos.
La militarización no solo se plasma en la presencia del ejército en las calles, sino que también se constituye a partir de leyes que la justifican por medio de un sistema castrense.
Cabe señalar que no se debe confundir militarización con militarismo. El militarismo es la imposición de valores, perspectivas e ideales militares sobre la sociedad civil, lo cual, sin duda, resulta aún más peligroso que la militarización.
Ahora bien, un dato importante, en la lógica que rige la política del capitalismo neoliberal, los gobiernos identifican el interés de las empresas transnacionales como el interés público, justificando así el uso de las fuerzas de seguridad del Estado para ‘proteger’ las instalaciones e intereses de las empresas y reprimir la oposición social frente a ellas, a través de la represión política y la criminalización de líderes y lideresas, la realidad oculta de los neoliberales.
La militarización de los territorios suele ir acompañada de una estrategia psicosocial, la socialización bélica, mediante la cual se promueven imaginarios colectivos en la población que justifican el uso de la violencia y la criminalización desde lógicas militares de guerra.
Felipe Calderón Hinojosa fue quien sacó al ejército a las calles, veamos una publicación de La Jornada el 25 de enero 2008:
“Ordena Calderón mantener al Ejército en las calles hasta 2012, y responde así a los sectores que piden el retorno a los cuarteles y que la policía combata al crimen organizado”
“Por decreto presidencial, el Ejército Mexicano mantendrá como una de sus principales tareas el combate al crimen organizado y al narcotráfico, al menos hasta 2012”.
Así lo establece el Programa Sectorial de Defensa Nacional 2007-2012, publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), en el que se plasma la estrategia y objetivos del instituto armado para lo que resta del sexenio de Felipe Calderón, el ejército en las calles como supliendo a las policías.
En el contexto de la demanda de algunos actores sociales y políticos en el sentido de que los militares regresen a sus cuarteles y dejen en manos de la policía el combate al crimen, el presidente Felipe Calderón oficializó con el documento que los soldados se mantendrían en las calles durante todo su sexenio.
El Ejército Mexicano tiene ante sí el reto de convertirse en “unas fuerzas armadas modestas, pero mucho más operativas”, capaces de cumplir con su compromiso de crear las condiciones de seguridad necesarias para el desarrollo y bienestar de la sociedad civil, indicó Felipe Calderón.
En relación con la seguridad interior, se justificaba Felipe Calderón, se destaca la encomienda de “recuperar la fortaleza del Estado y la seguridad en la convivencia social mediante el combate frontal al narcotráfico y otras expresiones del crimen organizado”.
La militarización y el control militar reprimen a la oposición mediante mecanismos de violencia que en los peores casos llegan al asesinato o la desaparición forzada, a cárcel.
Hoy vivimos en un estado de derecho y como nunca se han respetado las libertades, los derechos humanos y la libre expresión, incluso se ha abusado de ello, por lo que resulta contradictorio que los opositores justifiquen sus actos, y acciones, señalando que vivimos, o vamos, en una dictadura, que se está militarizando el país cuando hoy, COMO NUNCA, disfrutan de una libertad absoluta, sus mismos hechos, actos y actitudes demuestran que viven en un régimen totalmente democrático y de respeto a los derechos humanos y de libertad de expresión, de vivir en un régimen como el que ellos dicen que vivimos los opositores estuvieran viviendo las de Caín, o encerrados, perseguidos o muertos, más sin embargo gozan de cabal libertad sin restricciones.
Ahora bien, al referirnos al proceso de militarización de la seguridad pública hablamos de la creciente participación directa de los militares en operaciones de naturaleza policial o parapolicial y eso no sucede, la Guardia Nacional es coadyuvante de las policías que a petición de partes, o de acuerdos con el ejecutivo federal, intervienen en los estados para el combate al crimen organizado y al narcotráfico.
No debemos olvidar que son los gobernadores, y lo fueron más los hoy son opositores, los que han buscado MANDOS MILITARES para sus policías y no se los ha impuesto el gobierno federal, son los gobernadores los que lo solicitan ante la graves crisis de mandos confiables en sus policías.
Tenemos ya 16 años con los militares en las calles por lo que yo no entiendo cuál es la inconformidad de los opositores y más cuando ellos mismos aprobaron la creación de la Guardia Nacional y desaparecer a la Policía Federal, organismo policiaco que solo sirvió de protector y cómplice de los delincuentes y narcotraficantes.
Por lo tanto, el militarismo suele entendérsele como una situación opuesta a los regímenes democráticos que reclaman, y consolidan libertades y estado de derecho. El militarismo se inclina a menos libertades, más concentración de poderes políticos, económicos y sociales, y menos tolerancia especialmente en cuanto a libertad de expresión y de eso nada existe en México y menos en los CUATRO años que lleva gobernando el presidente López Obrador.
El hecho de que administrativa y logísticamente dependa la Guardia Nacional de la Secretaría de la Defensa no es un indicativo de que se quiera militarizar el país como lo afirman los opositores, es como las policías con mando militar que, al tenerlo, no quiere decir que se esté militarizando el estado.
La Guardia Nacional es un organismo dedicado a ejercer actividades policiacas al servicio de la sociedad civil y tiene PRESUPUESTO PROPIO.
Hasta hoy ninguna policía al mando de gobernadores y presidentes municipales ha sido capaz de detener el avance, (innegable), del crimen organizado y el narcotráfico, ninguna policía es ejemplo de estrategia y de resultados sino todo lo contrario, son ejemplos de complicidad y corrupción muchas de las veces toleradas, o promovidas, por los mismos responsables de esas policías como lo son los gobernadores y los presidentes municipales.
El Artículo 129 Constitucional hace referencia a: En tiempo de paz, ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar y mas sin embargo ya son 16 años de paz con los militares en las calles….. La Guardia Nacional es Policía Nacional.
¿A que se oponen los opositores?
Yo solo alcanzo a entender que siempre todos nos vamos a oponer cuando sentimos que se van afectar nuestros intereses personales, de grupo, de asociación y de negocio, no se puede entender de otra manera el oponerse a algo que ya está en operación y que en su momento todos aprobamos.
¿Qué tiene de inconveniente que la logística la determinen los militares?
¿Que acaso los civiles al mando de las policías habrán podido contener el crimen organizado y el narcotráfico?
¿Quién se afecta con el hecho de que la Guardia Nacional tenga mandos y logística militar?
Si usted estimado lector considera que en México se está dando uno solo de los puntos que se señalan de lo que es militarización, entonces si estaremos en ese proceso, pero considere usted antes de afirmarlo que el militarismo no va con las libertades individuales y de expresión.
Se necesita blindar a la Guardia Nacional de los embates civiles que corrompen como lo hizo Genaro García Luna con la Policía Federal que la pudrió hasta sus raíces y se alejó de los deberes encomendados, lucraron con la seguridad de los ciudadanos, se vendieron al mejor delincuente postor como en subasta.
Lo que los opositores hicieron desde Calderón y Peña Nieto hoy no lo quieren hacer en este sexenio, están en contra y las circunstancias que urgentemente reclaman una policía como la Guardia Nacional.
El ciudadano común, como usted y yo, nada tememos porque la Guardia Nacional sea manejada administrativamente y logísticamente por la Secretaria de la Defensa Nacional, al contrario, nos da la seguridad que necesitamos.
Mas sin embargo hay quienes si les ocupa que eso suceda.
Lo opositores está más ocupados por que la inseguridad se incremente aún más para poder tener las armas para el descrédito de este gobierno.
Egresado de la Facultad de Comercio y Administración por la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Su desarrollo profesional ha sido en empresas privadas en posiciones directivas donde a logrado acumular 42 años de servicio.
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