Durante todo el periodo Neoliberal (36 años en México) nos estuvieron vendiendo la idea de que la gran oportunidad del país era apresurando la apertura de sus mercados, de su mercado interno y participando de la globalización, esa sería la panacea del detonante del desarrollo nacional, increíblemente nos llevaría al primerísimo mundo compitiendo y participando de los grandes negocios y mercados mundiales por parte de las muy grandes, grandes y medianas empresas nacionales, el consumo interno como consecuencia de la mejoría de los salarios elevaría la capacidad de bienestar y consumo de los mexicanos, esa era la ruta de la salvación del país gobernado por el nacionalismo revolucionario del PRI y del capitalismo social del PAN, ambos partidos arroparon perfectamente bien en su catálogo ideológico las normatividades y filosofías económicas del Neoliberalismo mundial donde la punta de lanza de esa doctrina era precisamente Gran Bretaña y Estados Unidos, hoy ambos en franca búsqueda de cerrar y proteger sus mercados hacia adentro y en buena medida convertir sus políticas económicas en nacionalistas, primero lo de adentro y lo que sobre se ira para afuera y viceversa, parece regirlos así hoy.
El resultado ha sido desastroso para la gran inmensa mayoría de la población mexicana mas no ha sido así para la mínima y pequeña élite creada en torno del neoliberalismo mexicano quienes se vieron tremendamente beneficiados en sus personales fortunas derivado de todos los beneficios que se auto fabricaron para lograr su riqueza personal nacidas a partir de la riqueza nacional, creando un desbalance abismal entre los que todo se llevaron y los que menos y nada tienen haciendo del país un país de pobres con todos los riesgos que ello implica, incluso llevando al riesgo máximo de la inseguridad y la inestabilidad al país, no les importo, siguieron generando más y más pobreza, nunca recularon para nivelar o detenerla y eso podría haber sido toda la diferencia en su proyecto económico ya fallido.
El libre mercado y el comercio es la poderosa herramienta económica que pude hacer que las cosas guarden las proporciones adecuadas por la libre competencia en los factores de la producción, de los marginales, del comercio, de la calidad de los productos en beneficio consecuente de los precios finales y de la calidad de los productos, el libre comercio y mercados hacen que los sueldos y salarios de los trabajadores alcancen el balance y los estándares necesarios de acuerdo a lo que se busca en calidad y precio de productos, los factores de la producción por la competencia del mercado ponen las cosas justas y en su exacta dimensión y esto es mientras no se monopoliza el mercado, mientras el mercado no es regulado por la misma competencia aglutinada sino por la incursión libre y orgánica de los factores económicos que lo componen.
La supuesta “apertura” del mercado gasolineros en México a través de la Reforma Energética impulsada por PRI-PAN-PRD-PVEM a través del Pacto por México solo hizo transferir los recursos fiscales de la industria del estado a las empresas privadas y les otorgó la facultad de regular los precios del mercado en forma autónoma e independiente a las verdaderas fuerzas de la competencia, prácticamente cambió el concepto de un monopolio de estado a un concepto de monopolio corporativo privado con crecimiento utilitario de 5 a 1 y con tendencia alcista sin tomar en cuenta los factores que inciden cuando existe realmente competencia del mercado, el aumento del paquete utilitario de 5 a 1 no es equivocado pero cuando se juega con los factores competitivos suficientes y necesarios que hacen sobresalir el producto para que el cliente final lo pague, y no por decisión corporativa y administrativa.
Hoy, “ante esa apertura de las gasolinas”, y que es para todas las fuerzas de mercado, el gobierno federal tiene todo el derecho para participar de él y lo ha anunciado el Presidente López Obrador como un instrumento de contrapeso competitivo y de por precio, servicios y calidades partiendo todos de la misma base de costo diferenciados sólo por los volúmenes de compra y estaciones de servicio como incentivos y méritos financieros.
La libre competencia es lo que pone a cada quien en su respectivo lugar ante el consumidor, alinea los precios, las calidades, los servicios orientado todo a lograr la preferencia del consumidor y este tiene la oportunidad de escoger dónde y con quien invierte su compra, así debió ser siempre tanto como cuando lo era monopolio del estado como cuando ahora es de los privados, cuando era el monopolio del estado los políticos vividores y corruptos del PRIANISMO salvajemente medraron de la Industria y la Comercialización y hoy ante el monopolio corporativo privado de gasolineros los corruptos empresarios, los políticos empresarios han hecho su reducto utilitario sin sacrificar un ápice ya que del servicio y el producto lo único que cambió fue el nombre y los colores, pero la Reforma les dio la oportunidad de ser ellos los que determinen el precio en el mercado, increíble pusieron en manos de los empresarios corruptos y voraces la seguridad y suministros de los energéticos para consumo del país.
En la era del Huachicoleo las utilidades operativas eran exorbitantes con los precios alzados por el simple hecho del costo del Huachicol vendido a precio de gasolina normal, eso les trajo recursos a los gasolineros y mantuvieron sus políticas de expansión de negocios, pero eras falsedades porque el Huachicol tenía que terminar en algún momento regresando a los estándares naturales de comercialización y utilidades, pero utilidades que no pueden sostenerse bajo una estrecha competencia natural y es por ello que elevaron sus marginales artificialmente para poder compensar los marginales del Huachicol que se les iban, amén de la evasión fiscal descarada.
En el modelo de negocio gasolineros que propone el Gobierno Federal la característica principal es el servicio básico de suministro de combustible a los vehículos, un tanque almacenamiento, bomba de combustible y el espacio suficiente y necesario para la carga bajando considerablemente el costo comparado con las estaciones tradicionales de servicio, una estación modular pequeña donde el sistema es “cargas y te vas”, donde su atractivo sería la entrega completa de litros y la gasolina certificada por el proveedor, siendo con ello un declive muy importante en los costos operativos en dichas estaciones que le permitirían perfectamente bien librar el paquete utilitario necesario y justo en el retorno de la inversión y con ello se entraría en una franca competencia entre los gasolineros que forzosamente tendrían que maniobrar hacia la eficiencia operativa y no a eficiencia artificial y amañada de los precios para lograr sus utilidades.
Son los tiempos que tienen que llegar, y pronto, donde cada quien realmente decida su compra y los precios finales al consumidor sean decididos por las decisiones de compra de los consumidores derivados de los valores agregados o no que tengan los productos gasolineros.
Ahora que el gobierno federal anunció que están dadas las condiciones para que sea el estado un factor importante de la comercialización de las gasolinas en México las huestes Neoliberales y de la Derecha salen a denostar el proyecto porque según ellos el gobierno no debe participar del mercado pero se les olvida que el estado es un órgano regulador, esa es su esencia principal, ser factor de contrapeso y regulación natural de las controversias y de los mercados.
Nadie, en su sano juicio, no puede pensar que los mercados libres son los reguladores de una justa economía, lo son por todos los que participan para lograrlo, la antítesis de todo esto son los MONOPOLIOS tanto públicos como privados, el público existió en México que se transformó en privado hoy.
Las gasolineras de AMLO deberán llegar al país en este mismo año para de una vez por todas las cosas agarren su rumbo y el estado se convierta en el regulador que siempre debió de ser, por Seguridad Nacional.
El modelo de negocio de gasolineras de AMLO es un modelo en síntesis de lo que son hoy las grandes áreas de servicio de gasolineras y ello nos demostrara que el consumidor busca más el precio justo y el litro exacto que las superfluas cortesías como valores agregados al combustible.
“Cuando las cosas no suelen salir bien se tienen que regresar al origen para recomponerlas, hacer lo que se hizo porque se sabe cómo se hizo… y hacerlo de nuevo.”
Egresado de la Facultad de Comercio y Administración por la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Su desarrollo profesional ha sido en empresas privadas en posiciones directivas donde a logrado acumular 42 años de servicio.
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