Hace más de un lustro cuanto yo estaba de estudiante en la Academia de Historia, tenía y tengo el gusto de andar “segundiando” los domingos en el centro, en especial en el bazar del “monu”.
Caminando entre los puestos llegué a uno que vendía libros viejos. Quien atendía era un señor bastante mayor de cabello y barbas blancas, con el bigote y las puntas de los dedos manchados de color amarillo por la nicotina de sus cigarrillos “Delicados”. Miré entre los libros y encontré uno de pasta color verde con una franja amarilla en la parte de arriba, al centro, un símbolo mexica. Debajo de este decía “Octavio Paz, El laberinto de la soledad, Fondo de Cultura Económica”. Aunque el libro tenía una tonalidad oscura y varias grietas por el paso de los años, decidí llevármelo por ser del Fondo de Cultura.
Le pregunte al señor – ¿cuánto por este libro? – 50 pesos- me dijo- ¿tanto? Le respondí. Bueno, deme 30. Busqué en mi billetera y bolsillos, hasta juntar lo que me pidió y se los pagué.
Mientras me hacía una hora de viaje del monu a la casa, comencé a revisar mi nuevo libro. Para mi sorpresa, dentro de ese libro había una tarjeta de cumpleaños de hace 72 años (1950) y al reverso una receta de cocina con una firme caligrafía de la vieja y estoica escuela mexicana. Siempre tuve claro que es importante leer algo de Octavio Paz, pero en aquel tiempo mi prejuicio político hacia este escritor era demasiado. Por lo que pospuse su lectura para después.
Luego llegaron algunos cambios, viajes, lecturas prioritarias e intereses a mi vida, no pude leer este bello libro hasta hace unos años. No cabe duda de que, así como el felino que te elige y la fortuna o desventura que llega a su tiempo, así pasa con los libros, te eligen, te buscan y los lees a su tiempo. Ahora bien ¿Qué tiene que ver este libro con nuestro contexto actual? La respuesta es la siguiente: Porque Paz desde hace 72 años (1950) expuso las diferencias ideológicas, institucionales y sociales del México contemporáneo. Las cuales aún siguen siendo latentes y con el tiempo, se han vuelto cada vez más difíciles de entender ¿por qué? Porque no nos hemos querido atrever a mirarnos como realmente somos.
Este es sin duda un libro base para la sociedad mexicana, todo aquel que se jacte de ser intelectual debe leerlo. Muchas de las tesis de Paz siguen vigentes a 72 años después. Pero también nos recuerda que hemos tenido una historia intelectual que debemos rescatar, él parte de la Revolución como un antes y un después. Entonces es cierto que no hubo una Revolución sino “las Revoluciones” y hoy lo entendemos así. Por otra parte, nuestro autor trae esa vena del pensamiento Hispanoamericano de Vasconcelos y José Ingenieros, pero no se considera él mismo a la altura para proponer algo. Para los que sabemos de Usigli, maestro de Paz, sus tesis son de fondo las enseñanzas de su maestro; la incógnita de la mexicanidad, y a su vez una crítica muy pertinente al gobierno posrevolucionario, haciendo un análisis de sus fallos ideológicos e institucionales.
Por supuesto, todo este libro esta llevado de la mano por un contexto internacional que él como embajador y hombre de Estado conoció: política internacional y nacional. También nos deja una clase muy sabrosa sobre marxismo y la más clara y evidente ironía que es la mexicanidad: comprender lo incomprensible y definir lo indefinible; la mexicanidad que es la raza cósmica. Laberinto de la soledad vio la luz en 1950 en la revista Cuadernos Americanos, en una época de prosperidad cuando México era el modelo de Hispanoamérica y socio igualitario de Estados Unidos, y justo allí llega este ensayo a desafiar al régimen priista.
Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Profesor en Preparatoria Lobos de la Universidad de Durango Campus Juárez y en la Escuela Preparatoria Luis Urias.
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