Como a la enorme mayoría de los mexicanos, me ha dado un gusto enorme el arrollador triunfo de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México.
Fue una lucha muy dispareja la que durante más de una década libró contra el sistema corrupto y la élite de la oligarquía, que culminó con la decisión del pueblo mexicano por darle la oportunidad de gobernarnos.
Una guerra en la que AMLO se comprometió quizás de más, pero que nadie le reclamará si en tres o cuatro años no somos Suecia o Dubai. Nos conformaremos con saber que los poderosos no se enriquecerán de manera obscena como lo hicieron cínicamente Enrique Peña Nieto y sus ladrones.
La congruencia indica que habrá de llevarlos ante la justicia, aunque haya dicho en campaña que no habría venganza. No sería venganza, sino justicia.
Hay que reconocer también que la figura de Andrés Manuel no fue totalmente el factor que produjo la avalancha de votos a su favor. Mucho tuvo que ver el hartazgo general por el sistema de partidos. Pues aunque Morena es un partido, representó la esperanza de un cambio total. Andrés Manuel le llama LA CUARTA TRANSFORMACIÓN DE MÉXICO.
Falta mucho por construir esta posibilidad quimérica. Los mexicanos debemos colaborar para que esto se dé. La definición no es suficiente.
Otro factor sin duda fue el odio que se ganó a pulso el gobierno de Peña Nieto por sus escandalosas raterías y las de sus socios en el gobierno, incluyendo a los gobernadores ladrones de su “NUEVO PRI”, entre los que destacan los Duarte. Javier en Veracruz, y César en Chihuahua.
Y finalmente, el contubernio del gobierno federal, con el sistema judicial, el INE, la PGR, y la FEPADE, quienes se quedaron sin pretexto para cometer el fraude electoral anunciado.
La copiosa votación se dejó caer y se cumplieron los resultados que marcaban las encuestas, esto no pudo ya detener su triunfo electoral.
Como asesor político me quedo con la experiencia de haber navegado entre los mares de la posverdad, las tormentas de las Fake news, y los cordones de las redes sociales. Elementos que ya dejaron de ser símbolos para transformarse en herramientas.
Platicando con Ricardo Moreno, mi anacoreta de cabecera, coincidimos que el cambio comienza con la caída de “la juventud como virtud”. La chaviza tuvo su oportunidad y los venció la soberbia y la ambición.
Los rucos tomamos el poder por asalto. La gran mayoría de los que conformarán el gabinete del AMLO son de sesenta para arriba.
Y en Ciudad Juárez igual. Supermocken 67 años, y todo parece indicar que sus cuadros más cercanos serán igualmente de gran experiencia, con las excepciones que ameriten los casos. Hay jóvenes talentosos, pero pocos son responsables. El nuevo presidente municipal sabrá escoger un gabinete a la altura de las expectativas de los juarenses. Sólo falta la última palabra. La de la Asamblea Municipal.
Esta semana será de calma chicha. El capricho del candidato independiente, en su negativa por declararse derrotado, hará que la autoridad electoral verifique el triunfo de Supermocken en un recuento de más de 1000 actas de casillas, y le dé contundencia a su triunfo a más tardar el sábado 7 de julio.
El equipo de Supermocken se prepara para el proceso de entrega-recepción con la certeza que el resultado del recuento no cambiará y habremos de iniciar una nueva etapa de desarrollo en esta frontera, donde la honestidad, la transparencia, desechen la opacidad y la corrupción que imperó en esta nefasta administración.
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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