La exhibición de pinturas en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México, donde aparecen dibujados desnudos, personajes que son ídolos o héroes con poses homosexuales, parece ser un promocional para la Comunidad Lésbico Gay (LGBTT), con el afán de promover la identidad de género, causando reacciones públicas a favor y en contra.
El “artista pintor” Fabian Chairez, ha logrado fama a través de los que son famosos por su trayectoria como héroes o leyendas mexicanas. Luchadores enmascarados que forman parte del gran legado cultural cinematográfico y deportista como El Santo, Huracán Ramírez y Blue Demon, son exhibidos en cuerpos femeninos mostrando el pene y testículos. Desconoce el pintor que los citados “héroes de la lucha libre”, filmaron películas para toda la familia y se distinguieron como hombres del bien.
Lo cierto es, que las personas que sufren, porque no son felices con el cuerpo que nacieron, como lo demuestran en sus manifestaciones con vestimenta extravagante, feminoide y pintados del rostro como mujeres, o que semidesnudos o desnudos deambulan por las calles, por encima de los principios morales y religiosos, son los que apoyan la exhibición que atenta contra los derechos de autor de los personajes con marca registrada como El Santo, Blue Demon y Huracán Ramírez.
Puedo adivinar que El Santo el enmascarado de plata, jamás hubiera autorizado que su máscara fuera utilizada para fines de lucro sobre preferencias sexuales. Como nunca autorizó en vida, la exhibición en México de la versión para adultos de Santo en el Tesoro de Drácula. El gran ídolo considerado como una leyenda viviente, siempre cuidó su imagen principalmente con los niños.
Igualmente resulta inadmisible utilizar la imagen del Caudillo del Sur, Emiliano Zapata, considerado un héroe de la revolución mexicana, montando en pose femenina desnudo en un corcel que tiene el pene erecto y el revolucionario con zapatos de tacón que simula una pistola y el sombrero color de rosa. Es una falta de respeto a su memoria y hombría, como resultado del abuso de los derechos humanos que consagra la constitución y que obliga al respeto mutuo, a la no discriminación. Pero tampoco se permite difamar la imagen de nadie.
Ubicado como un defensor de la libertad de los pueblos y la grandeza de sus tierras en los cultivos, así como el derecho de los campesinos, lo distingue la historia como un hombre honesto y cabal. Emiliano Zapata no es figura pública para utilizarla con fines de promoción a la diversidad sexual, para ello están sus propios promotores como Ricky Martin, y otros más que se declararon públicamente.
Empecemos por la palabra respeto, cuya acepción en el diccionario de la lengua española, la define como un sentimiento positivo equivalente a tener veneración, aprecio y reconocimiento por una persona. Es uno de los valores más importantes del ser humano y una de las premisas más importantes sobre el respeto, es que para ser respetado es necesario saber o aprender a respetar, a comprender al otro, a valorar sus intereses y necesidades.
El hecho de la insatisfacción y frustración de las personas que no están conformes con sus cuerpos, ni con el sexo asignado biológicamente, no les permite abusar de la libertad de expresión en ningún sentido. Ya han sido aceptados en la sociedad, pero el respeto debe ser mutuo para los que conservamos principios morales y religiosos. El respeto pinta una raya en medio de ambas partes. Vive y deja vivir. Tampoco está permitido que nos odien por defender nuestras creencias y forma de vida.
El exhibidor de sus pinturas, se expone a la crítica negativa e indignación de los descendientes de las personas que ya no están para defenderse, o autorizar que se utilice su imagen para lucrar y menos para poner en duda su hombría heterosexual. El Secretario de Cultura del Palacio de Bellas Artes debe exigir, que quienes exponen obras, presenten la documentación en regla sobre derechos de autor en casos similares. Aunque Emiliano Zapata sea figura pública, tiene descendencia que también goza de los derechos humanos.
La violencia se genera ante la provocación y ausencia de paz. El respeto puede lograr la paz, porque utiliza la razón y la legalidad que nos impone derechos y deberes. Así como la LGBTT exige se respeten sus derechos, también los heterosexuales pedimos lo mismo. El diálogo permanente produce conciliación y armonía entre todos, cuando se logran acuerdos. Existen formas para proyectar lo que sentimos sin agredir al prójimo.
Abogado especialista en Gestión de Conflictos y Mediación.
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