Dice Mariano Sigman en el libro el poder de las palabras que “la suerte de nacer donde uno nace es el factor más decisivo en la geometría del destino”.
En la vida podemos buscar oportunidades, cultivar talentos, perseverar y esforzarse para alcanzar los logros que nos hemos propuesto, sin embargo, creo que en nuestro afán protagonista nos hemos olvidado de esas cosas que llegan solas, circunstancias que nos benefician poniéndonos en ventaja sobre otros por capricho de los astros.
Cierto día llego una amiga de mi hermana haciendo gala de la gran suerte que tenía y en un tono presuntuoso y ciertamente despectivo le dijo- “No sabes que me ha pasado, mi papa me ha regalado una cirugía de agrandamiento de glúteos, soy tan afortunada, no te parece que estoy bendecida, tengo una gran suerte” . Mi hermana orgullosa de la herencia biológica de mi mami le respondió – ¿Suerte? No querida, suerte es nacer asi .. señalando el amplio trasero que gracias a la suerte de la genética la existencia la dio.
El lugar y el momento donde nacimos, las circunstancias y las primeras experiencias de vida son trascendentales para darnos forma a todos , no podemos negarlo, aunque algunos hayan roto el molde.
No todo es gracias a nuestro esfuerzo, no siempre quienes trabajan más, son mas inteligentes o capaces están encumbrados y parecen exitosos, más bien creo que nos hemos acostumbrado a creernos “poderosos “en lugar de “suertudos”.
Todos conocemos a alguien que otros le han iluminado el destino, alguien que no tiene mas talento que tener una amistad con poder para ayudarlo pero no trazo en este ejemplo un área de asombro, las líneas de mi vida están delineadas con pinceladas de esfuerzo, pero también con brochas de buena suerte.
No me escamo de aprovecharla, no me asusto de otras suertes solo deseo que al término de cada figura que nos toque dibujar resultemos más humanos.
“No están aquí por que son las mejores”, nos dijo una extraordinaria mujer cuando acudí a un congreso de legisladoras, cuánta razón tenía y cuan equivocada estaba al minimizar todo aquello que se me había dado sin mérito.
La ponderación personal de estos productos se resume en gratitud, reconocer a la suerte, la gracia de Dios o la madre tierra sus bondades sobre todo aquello se nos ha dado porque si, es un vínculo positivo que nos ayuda a sentiros y actuar bien con nosotros mismos y nuestro alrededor.
Por eso creo que en la geometría del destino, si quisiéramossaber a donde iremos a parar ( como dice el Buki ) pudiéramos calcularlo midiendo tres líneas definitorias, la primera seria el esfuerzo; todas aquellas cosas que están en nuestras manos, el entusiasmo, la perseverancia, la preparación, la disciplina.
En seguida la línea de la suerte, la divina providencia o Alá ,ahí esta la genética, el país, la religión y el tiempo justo del trazo de nuestra vida
La tercera raya es la gratitud, la capacidad de reconocer quéviene del esfuerzo propio y qué se nos ha dado por suerte o por amor de Dios, este último surco completa la existencia, nos responsabiliza de nuestras acciones sin caer en la arrogancia,
Con gratitud el destino se colorea de humildad, la única cualidad que nos permite soportar los golpes de suerte sin perder el piso.

Rocío Saenz
Lic. En Comercio Exterior. Lic. En Educación con especialidad en Historia. Docente Educación Básica Media y Media Superior, Fundadora de Renace y Vive Mujer A.C. Directora de Renace Mujer Lencería, Consultora socio política de Mujeres.