El T-MEC es un instrumento idóneo para, mediante la teoría de las ventajas comparadas, potenciar el crecimiento económico sustentable de México.
El Tratado Comercial México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) firmado el 30 de noviembre de 2018, entró en vigor el 1 de julio de 2020 y tiene como antecedente inmediato al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que creó la zona de libre comercio más grande del mundo y ha contribuido al crecimiento económico de los tres países.
Ya negociado en su actual versión por el Gobierno de la Cuarta Transformación ha sido un instrumento fundamental de atracción de inversiones extranjeras, de integración del país en el bloque de comercio regional y en general edificador de una base sólida para continuar con el fortalecimiento de los lazos económicos, sociales y culturales entre México, Estados Unidos y Canadá.
El T-MEC es un instrumento idóneo para, mediante la teoría de las ventajas comparadas, potenciar el crecimiento económico sustentable de México y generar riqueza en beneficio de su población. Esta teoría constituye el fundamento del comercio internacional y sostiene que un país o región debe especializarse en la producción y exportación de los bienes y servicios que es capaz de producir en forma más eficiente e importar aquellos en los los cuáles tiene una desventaja comparativa en su producción.
Formulada por el economista inglés David Ricardo en 1817, pugna por el uso intensivo de aquellos factores de producción con los cuáles un país se encuentra favorecido, tales como materias primas, tierras fértiles, mano de obra, capital físico o capacidad de investigación. Favorece la complementariedad y la eficiencia de los factores de producción en una región, tratando de eliminar barreras políticas y medidas proteccionistas que las inhiben. Y este, no exento de complicaciones ha sido justamente el caso del T-MEC en México.
Al mes de mayo pasado el comercio bilateral con Estados Unidos alcanzó un máximo histórico de 316 mil 800 millones de dólares, lo que significó un incremento de 20.5% respecto al 2021, de acuerdo con el Buró de Censos de la Unión Americana. Esta cifra es la más alta desde que hay registro y representó el 14.6% de la participación del comercio total de E.U.A.
Según los datos del vecino del norte, Estados Unidos compró a mayo pasado, mercancías a México por un monto total de 184 mil 600 millones de dólares, mientras que las compras mexicanas sumaron 132 mil 200 millones de dólares; lo que le significó a nuestro país un superávit comercial acumulado de 52,500 millones de dólares. Sólo en el mes de mayo el comercio total entre ambos países ascendió a 68,400 millones de dólares, un 26.2% más si se compara con mayo de 2021.
Las compras de Estados Unidos a México fueron principalmente en los sectores de autopartes, equipo de cómputo, aparatos eléctricos y equipo médico.
Es muy evidente la necesidad de privilegiar con el sustento del T-MEC, un comercio internacional equilibrado y justo; evitando medidas unilaterales proteccionistas que minan por criterios demagógicos o populistas los evidentes beneficios del intercambio internacional de la región. Los líderes políticos de los tres países deben impulsar cabalmente el T-MEC y colaborar para continuar instituyendo una asociación económica capaz de abordar los problemas y desafíos globales y regionales, representando sin duda el mayor de ellos el fenómeno migratorio y el calentamiento global. Lograr ambientes de trabajo similares que eviten la migración forzada de las personas mediante el impulso del desarrollo sostenible en toda la región.
Rafael Espino
De Chihuahua. Abogado fiscalista. Consejero Independiente de Petróleos Mexicanos. Senador de la República por Morena.