Era poco antes de las 7 de mañana y estudiaba en el turno sabatino de la Normal Superior, una compañera de otro grupo le escribía a una amiga cercana lo siguiente:
-¿Es en serio, de que se ríe tu amiga un sábado a estas horas con tanta fuerza? la tengo que escuchar desde que entré a la escuela. En efecto era mi risa antes de iniciar las clases como mi primera dosis motivacional.
Nací con mal de ojo, eso debió haber sido, cuenta mi madre que desde mi primer respiro nunca dejé de llorar, lloraba tanto que los vecinos ponían quejas a la policía creyendo que era maltratada. Cierto he dejado de llorar y con los años he cambiado el llanto profundo por una risa intensa.
Hoy he querido compartir este tema a propósito de algunas caras tristes y malhumoradas que he tenido el gusto de conocer, ese tipo de personas a las que les molesta la risa, la amabilidad o el cariño.
¿A que se debe este fenómeno “anti- risa” en algunas personas? Muchas pueden ser las causas de las expresiones de seriedad que quizás inconscientemente y diariamente tenemos, lo cierto es que, aunque pareciera, la risas y las sonrisas no siempre tiene que ver con la emoción de la alegría de una personas o un estado de felicidad pleno.
Según la historia una mujer vino a heredarnos que reírnos no era muy propio a los ojos de Dios. Las primeras apariciones de la palabra sonrisa en la biblia la encontramos cuando Abraham y Sara fueron anunciados que serian padres, como saben ambos estaban bastante maduritos para concebir un hijo y ante esta revelación Sara no pudo contener la risa y se rio, (se rio no se burló) y entonces el señor le pregunto a Abraham -¿por qué se ríe Sara? en esta parte de la biblia las mujeres no eran dignas de ser llamadas directamente por Dios y pues a Sarita hasta se le salió la risa, dice la sagrada escritura que después tuvo miedo, y yo me imagino que como a Pedro, se le borro la sonrisa.
Cuenta la leyenda que la influencia del cristianismo asentó lo que era oficialmente licito y lo que no a todos los niveles de la sociedad.
“El mundo paso a ser un lugar de sufrimiento, y tal forma de afrontar la vida perduro por siglos”.
La risa fue considerada como una muestra de locura, grandes pensadores como Aristóteles y Platón consideraban que era exuberantemente placentera y maliciosa. Tiempo después y dada nuestra natural tendencia a reír las risas fueron ligadas a lo cómico, los escritores de comedia tenían que argumentar que era útil porque corregía los vicios de los hombres.
Evidentemente ya no estamos en esos tiempos, la psicología moderna, la neurociencia y la fisiología nos muestran los grandes beneficios del conocimiento de las emociones y sus formas de expresarlas, además de sus grandes beneficios que tiene la risa para la salud humana. Reírse es muy bueno para disminuir el estrés, crear anticuerpos, reducir el colesterol, favorece a la contracción de los músculos abdominales, aumenta el ritmo cardiaco entre otros magníficos beneficios.
Hoy en la sociedad del entrenamiento reír se ha vuelto un poco más común, generalmente nuestras fuentes de satisfacción de “risas” provienen de imágenes chuscas, análisis banales, mensajes de doble sentido y pocas veces del interior de cada ser humano a lo algunos llaman las risas del alma.
Como la risa era en cierta medida pecado abría que evitarla, y este es el pensamiento central todavía de una gran cantidad de personas, que todavía creen que reírse es un acto especial resultado de una escena cómica, una ilusión, un chiste o un meme al que hay que responder automáticamente y nada más. Fieles a la herencia de Sara pareciera se tiene miedo de reír y quien ríe en demasía, es peligroso o está loco.
El asunto como todo y actualmente tenemos tipos de risas apropiadas e inapropiadas, decentes e indecentes, tiernas o malévolas, finas y corrientes para niñas y niños incluso para pobres y ricos.
Hoy quisiera compartirle a mi compañera de la Normal Superior que las sonrisas, las risas y las carcajadas son una formas de comunicación genuina en donde se transmite, informa y comparte un mensaje principalmente de aceptación y la aceptación humana es el principio del entendimiento que necesitamos para avanzar como sociedad , riendo he podido conectar un pensamiento con otras personas, con el ceño fruncido y llorando jamás, sonriendo se puede saludar sin necesidad de mover otra parte del cuerpo y una sola carcajada puede liberar todo el estrés de una semana de trabajo. Cierto habrá maldad en alguna de ellas, pero la carga de energía en la expresividad es fácilmente de identificar. Y si no hay maldad ¿Qué tiene de malo mi risa?
Reír no quita la capacidad analítica, no inhibe el respeto y por supuesto nadie debería sentirse ofendido, o molesto y si es asi ja ja ja que risa me da.
Rocío Saenz
Lic. En Comercio Exterior. Lic. En Educación con especialidad en Historia. Docente Educación Básica Media y Media Superior, Fundadora de Renace y Vive Mujer A.C. Directora de Renace Mujer Lencería, Consultora socio política de Mujeres.