Estados Unidos de Norteamérica sienta un precedente al juzgar a un ex funcionario del gobierno de México que durante el sexenio de Felipe Calderón, se desempeñó como el Secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, resultó culpable de los cinco delitos que le imputaron de la Fiscalía norteamericana en Nueva York.
Lo grave del asunto es que en lo más alto de la esfera gubernamental mexicana está infectado de corrupción por los aliados al crimen organizado. Pues García Luna no actúo solo en la bajeza de asociarse con los criminales del bajo mundo del narcotráfico.
La complicidad de sus sub alternos que dirigieron las operaciones por instrucción de su jefe, seguramente recibieron grandes cantidades de dinero para arriesgar el pellejo con tan solo conocer el rostro de los sicarios que pertenecen al cártel de Sinaloa del Chapo Guzmán.
Esos que estaban en el aeropuerto de la Ciudad de México que se hicieron de la vista gorda para dejar pasar toda la droga y dinero, no lo hicieron gratis, ni porque obedecían órdenes. Son parte del organigrama que contrató Genaro García Luna, bajo la autorización de Calderón, porque Calderón se metió de lleno y hasta vistió el uniforme de comandante militar y de la policía federal.
En agosto del año 2010 cuando la violencia azotaba sin misericordia a Ciudad Juárez Chihuahua, señalada como la más violenta del mundo, hubieron 300 policías federales valientes que detuvieron a sus jefes inmediatos a quienes acusaron de extorsionarlos y de proteger a las organizaciones criminales.
Ese año, denunciaron a cuatro comandantes de la policía federal porque les cancelaban los patrullajes donde cruzaban cargamentos de droga por la zona fronteriza. Genaro García Luna dio la orden a su Ministerio de Seguridad apara que fueran trasladados a la ciudad de México ¡los policías que denunciaron a sus jefes!, separándolos de sus funciones “para investigar presuntos actos indebidos en el desempeño de sus funciones y deslindar en su caso, las responsabilidades que resultasen”.
Recuerdo que causó mucha molestia en la sociedad juarense que hayan detenido y actuado en contra de los federales que denunciaron a sus jefes, pues lejos de condenar su proceder se felicitó la valiente sublevación que inmediatamente fue controlada por García Luna y sus secuaces.
Son testigos de calidad en México que si acaso viven y no fueron torturados o se encuentran detenidos por la sublevación, pueden dar testimonio con nombres de los involucrados con García Luna y las operaciones ilícitas que se hicieron y que posiblemente se sigan realizando en el país.
Debe ser un equipo numeroso el que contribuyó a la enorme corrupción, porque fue en todo el territorio nacional, por lo que las autoridades mexicanas deben tomar el ejemplo de los Estados Unidos e iniciar la investigación respectiva desde Felipe Calderón para abajo. Porque tan solo a los juarenses nos debe mucho por las pérdidas de vidas humanas inocentes, por las enfermedades contraídas por el estrés y el terror que vivimos, por los huérfanos, por las viudas, por todas las víctimas del sexenio de terror.
Por lo que es fácil deducir que GGL no actuó solo. ¿Quiénes fueron sus hombres de confianza?, ¿sus socios en las empresas que constituyó a lo largo de estos años?, ¿sus prestanombres?, ¿los comandantes a su mando?.
Felipe Calderón respondió que no sabía, pero nadie le cree. Debe ser investigado y en su caso procesado conforme a las leyes de este país, ya es tiempo que se apliquen en consecuencia, así como a todos los corruptos habidos y que todavía estén en algún mando o lugar de la función pública, deben ser destituidos de inmediato.
Sabemos que en los Estados Unidos están los más altos jerarcas del narcotráfico porque son los que compran y distribuyen en ese país, pero el deber del gobierno de México es responder a los mexicanos la confianza depositada para desterrar el crimen y la inseguridad que nos sigue afectando en nuestro diario vivir.
No nos conformamos con los datos del muy bajo porcentaje en criminalidad, ni con las medidas de prevención contra las drogas, porque nuestra nación está empoderada por el crimen organizado, porque el lavado de dinero se nota. Basta de imponer medidas administrativas contra la gente decente y cumplida en eso del lavado de dinero y distribución de drogas. ¿A poco no saben las autoridades actuales como se mueven los narcos?
La frontera de México que amamos los juarenses y que tanto amó Juan Gabriel ha dejado su esplendor y brillantes del pasado y se convirtió en una ciudad devastada y oscura. Ninguno de sus hijos que han gobernado el estado y a la propia ciudad, les ha interesado ser congruentes y agradecidos por todo lo que les ha dado la sociedad trabajadora, limpia, honesta, cabal, sincera, responsable y hospitalaria que somos los que nacimos y vivimos en la que fue la mejor frontera de México.
Abogado especialista en Gestión de Conflictos y Mediación.
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