No repetiré todo el problema, únicamente los pormenores, pues todos estamos informados. Sólo diré que el origen de todo ha sido la libre competencia. Sin embargo, hay que decirlo, en el zipizape, las jugadas de poder, han sido muy al estilo House of Cards, por ambos lados del tablero. La clausura original se debió, a que la secretaria de Innovación y Desarrollo Económico del gobierno del estado de Chihuahua, Alejandra de la Vega, comenzó a instalar gasolinerías justo enfrente de su competencia, cuando el reglamento respectivo, ordenaba que habrían de mediar cuando menos mil trescientos metros entre una y otra. Su argumento fue, -si mi competencia puede poner dos gasolinerías una enfrente de la otra, no veo como me puedan exigir que cumpla este ordenamiento- Y se fue a juicio el asunto. Se interpuso un amparo y lo perdió en primera instancia el grupo ARCO. Mientras se iba al tribunal de alzada, Alejandra movió sus influencias políticas y logró que el Cabildo de Juárez, impulsado por el Alcalde Armando Cabada, desatorara los candados en leyes y reglamentos obsoletos que le estorbaban. Este golpe magistral puso verdes a sus adversarios por la bilis derramada, y esperaron pacientes el momento oportuno para hacer su jugada de House of Cards. Y esta se dio en “la mañanera” de Andrés Manuel López Obrador. Aparece en escena, Francisco Ricardo Sheffield Padilla titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, armado con un pequeño lanzallamas para tatemarla; y denunciar a los cuatro vientos el influyentismo que Alejandra posee en el gobierno de Javier Corral, y suelta el flamazo calcinador. “No permitió la clausura de una de sus gasolinerías; a través del personal que señaló a Alejandra ante el sub procuraduría de verificación y defensa de la confianza de la Profeco como la dueña… se resistió a que se pusieran los sellos. Pero regresaremos con la guardia nacional.” Twiteó. Innecesariamente salió al quite Corral en su defensa. Disminuyendo la escoriación causada por la incinerante participación mañanera de Sheffield, para que no hiciera llaga. Pero aquí el problema no es el quemón nacional. Eso fue nomás un calambre. Sino el origen del agravio. Son viejas rencillas entre Corral y Sheffield, ambos panistas, que se agarraron de la greña en aquellos tiempos cuando Ricardo era alcalde del PAN en León Guanajuato. De que hay tiro, lo hay. Ya preparan desde el búnker de Comunicación social todo el dossier del ahora procurador de la defensa del consumidor para exhibirlo como chapulín y descubrir como compró el cargo haciéndose MORENO de repente. Y por el lado contrario, la amenaza de distraer el trabajo de la guardia nacional para revisarle a Alejandra de la Vega, bomba por bomba el posible ultraje al consumidor. Yo voy por un cartón grande de palomitas. Este tiro apenas va en el tercer round. A quien le va usted ¿Javier “chirinolero” Corral? O Ricardo “mechacorta” Sheffield. Corren las apuestas.