Hace unas semanas se dio una conferencia en el Museo de Tin-Tan, sobre la importancia del Archivo Histórico Municipal. En ella participaron la sociedad El Juárez de Ayer y el señor Carlos Duran, custodio del Archivo Histórico Municipal de Ciudad Juárez (AHMCJ). Desafortunadamente no pude asistir al evento, pero en vista que conozco a las personas que impartieron la conferencia; puedo deducir que recalcaron la importancia de cuidar y dar a conocer el Archivo Histórico ya que allí se encuentra la memoria de la región.
En redes sociales se promocionan estas conferencias que llevan por título “Charlas de identidad”, las cuales son de mucha importancia para difundir eso, la identidad juarense a través de la historia, sin embargo; volviendo a la cuestión del archivo histórico todo historiador debe basarse en las fuentes primarias. En nuestra ciudad, la historia y el archivo histórico han sido de los pendientes más olvidados y si la memoria no me falla, un alcalde que no promueve la identidad cultural de su propia tierra no es muy diferente a algo más bajo que una bestia. Lo digo con el perdón de la bestia ya que obedece a leyes naturales.
La propia historia de la ciudad ha dado testimonio de la obsesión de los alcaldes por alterar el orden de procedencia de los documentos locales. Por ejemplo, en los escritos de Rómulo Escobar del año 1946, escribió una crítica sobre la alteración del archivo promovida por los propios alcaldes. Que esto se convertía en un caos burocrático y por eso mismo, la ineficiencia en resolver los asuntos municipales por motivo de traspapelación. Que como era posible que el gobernador del Estado no interfiriera en dicho asunto, dejando atrás la cuestión histórica y enfatizando en el orden institucional.
Otra idea sobresaliente en dicho ensayo es que el desconocimiento del documento es la mayor expresión de ignorancia y mediocridad de los funcionarios públicos, sobre todo del presidente municipal. Por ejemplo, la avenida 16 de septiembre que fue reconstruida y el malestar generalizado por ello, si el municipio tuviera la intensión de promover la identidad, se diera a conocer que esa avenida tenía camellones y una rotonda, la cual fue diseñada para ser solo de paseo y no como vía principal.
También si los que están al frente del municipio hubieran estudiado sobre microeconomía e historia local, supieran que las corridas de toros han sido el mayor atractivo turístico de Juárez-El Paso desde principios del siglo XX. Las tiendas viejas del centro histórico aún venden postales que atestiguan esto así como el Archivo Histórico Municipal; donde están los permisos para las corridas, de los ingresos directos al municipio y las obras de beneficencia y donaciones que se hacían por este concepto ante la incapacidad del municipio para resolver aquella problemática.
Para quien no lo sepa, el Archivo Histórico estuvo años abandonado en lo que fue la cárcel de piedra hasta que se movió en la década de los 60 a la biblioteca Arturo Tolentino que es donde actualmente está, sin embargo; en la administración pasada, el alcalde en turno quería retirar el archivo histórico de allí para ocupar el espacio para hacer más oficinas. Claro, como si nuestra ciudad requiriera más burócratas.
Afortunadamente esa idea no avanzó pero lo que sí continúa avanzando es un concepto raro de “cultura” que promueve el municipio. Si estamos en frontera ¿Qué define al fronterizo? ¿Por qué los nativos dicen que lo más bonito de Juárez es El Paso? ¿Por qué hay generaciones de jóvenes que no conocen el centro histórico?
Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Profesor en Preparatoria Lobos de la Universidad de Durango Campus Juárez y en la Escuela Preparatoria Luis Urias.
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