Reflexiones sobre la enseñanza universitaria de Fernando Salmerón.
Fernando Salmerón Roiz fue un intelectual y científico veracruzano que desarrolló su pensamiento dentro de las aulas de la UNAM, la UV y la UAM. En el año 2001 se publicó una recopilación de escritos de él, donde comprende el propósito de la Universidad, su compromiso con la sociedad, la ciencia, la moral y la ética de los profesionistas.
El pensamiento de Salmerón es crítico, pragmático y severo al momento de tratar el fundamento de la formación profesional en nuestro país. También hace bastantes reflexiones y cuestiones sobre la relación entre enseñanza e investigación. Como es sabida la Universidad pública moderna en México, tiene como fines esenciales la enseñanza profesional, la investigación científica y la difusión de la cultura, sin embargo; la pretensión de los académicos es que la universidad enseña profesiones, la investigación y la formación de científicos o “sabios” en detrimento del “sistema de ideas vivas que el tiempo posee”.
Esto se manifiesta cuando los académicos en las Humanidades y Ciencias Sociales siguen como dogma los postulados extranjeros en vez de crear metodologías y conceptos propios para explicar la cultura y sociedad propia. Que dicho sea de paso, son los impuestos del grueso de la población quienes financian las investigaciones, estancias académicas, posgrados y flamantes publicaciones que con suerte llegan a manos de algún estudiante universitario.
Por ello yo rescato mucho la reflexión que Salmerón hizo sobre “ser profesor universitario”, porque para que haya un cambio en la decadencia institucional universitaria; los catedráticos deben recordar por qué están allí, para Salmerón la conexión entre investigación, enseñanza y cultura es fundamental para que las universidades nacionales retomen su rumbo. Esto va más allá, el lenguaje de la Educación es un lenguaje formativo. Por lo tanto ¿cuáles son las condiciones que hacen al buen profesor universitario?
Cabe recordar que hay tres modelos de profesor universitario, el primero es el tradicional, es decir “el maestro se hace en la cátedra”, el segundo es un modelo pedagógico que hace énfasis en que el profesorado cuente con técnicas didácticas y que manifiesta una realidad en las aulas aunque hay un dicho que reza “el buen investigador puede ser un mal profesor” y viceversa. Por último, el profesor que se forma a través de la investigación, significa que el mejor profesor es el investigador activo.
Cabe señalar que todos estos modelos se deben matizar y en algunos casos corresponde y en otros no. Pero en general así es. También debemos ser conscientes que estas ideas son de finales del siglo XX. El contexto era otro y en nuestra actualidad, la vigencia de Salmerón se debe mover a la enseñanza media superior ya que las herramientas tecnológicas de los alumnos han superado a las cátedras magnas. De allí la importancia de leer a nuestros filósofos y científicos para reinterpretar nuestro presente y proyectar un porvenir.
Licenciado en Historia por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Profesor en Preparatoria Lobos de la Universidad de Durango Campus Juárez y en la Escuela Preparatoria Luis Urias.
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