Tic-tac, tic-tac… resuena el segundero en la oscuridad de la noche. Revolverse en la cama ya no sirve de nada. Consultas el reloj y, ¡zas!, son las 3:33 de la madrugada, la famosa hora del diablo. ¡Qué escalofrío! Pero hoy debo confesarles algo: no se trata de ningún hechizo ni maldición. Es simplemente esa señora catastrófica y apurada que constantemente te presiona, asumiendo que no lograrás cumplir tus sueños porque, simplemente, no eres capaz.
Nuestro cuerpo está diseñado para mantener el equilibrio. Cuando enfrentamos peligro, el sistema simpático se activa, preparando al cuerpo para la huida: el corazón late más rápido, las extremidades se fortalecen, las pupilas se dilatan y el estómago reduce su actividad para maximizar las respuestas de supervivencia. Todo esto sucede en segundos, un mecanismo de protección en acción. Una vez fuera del peligro, el sistema parasimpático entra en juego para restaurar el equilibrio.
El problema es que nuestro cerebro no distingue entre realidad y fantasía. La ansiedad, en general, es la percepción errónea de un futuro amenazante, manteniendo al cuerpo en alerta constante, desbaratando el pensamiento normal y trastornando la mente con síntomas diagnósticos de ansiedad.
Aunque a menudo intentamos calmar la ansiedad con alcohol o distracciones, sigue siendo una de las enfermedades más comunes en este siglo. Una de nuestras principales armas para combatirla es la respiración. Cierra los ojos, inhala profundamente y exhala lenta y controladamente durante al menos cuatro tiempos. Con una sola respiración, sentirás la calma de estar aquí y ahora. Hoy en día, técnicas como Mindfulness o Yoga nos enseñan a usar la respiración para enfrentar los síntomas de ansiedad. Sin embargo, a veces, se necesita ayuda farmacológica temporal para regularla, junto con terapia psicológica, esencial para superarla.
Hemos descuidado la paz y el disfrute de esos pequeños grandes momentos que pueden nutrirnos y motivarnos: leer un libro, tomar un café en el parque, jugar con los niños o simplemente pasear sin ningún tipo de presión. Encuentra tu actividad perfecta para rejuvenecer tu mente y alcanzar el equilibrio emocional. Y si no puedes, nos vemos en terapia.
Lucía Barrios
Psicoterapeuta, fundadora de CEFAMPI y autora. Experta en terapia breve, violencia de género y derechos humanos. Conferencista y docente en UACJ, ha liderado proyectos significativos sobre psicología y desarrollo humano.