<< 09 El héroe de los papalotes
Cerca de un año después del arribo de Brix Ramsey a este arenoso mundo, cuando fuimos asignados temporalmente como equipo a la Estación Olimpo, el jovial geólogo haría en 2035 el primero de sus varios descubrimientos importantes aquí. Como astrónomo, mi misión en la Olimpo era establecer el segundo observatorio en el planeta rojo, en este caso para el monitoreo de asteroides y Objetos Potencialmente Peligrosos (OPP). Ramsey, quien para entonces me había tomado mucha confianza como colaborador, me pidió lo acompañara a realizar una de sus expediciones si esta no interfería con mi propia misión. No hubo tal conflicto y aproveché la ocasión para explorar una región del planeta desconocida para mí sabiéndome acompañado de un experto en el área, a quien serviría de apoyo.
Nueve días antes, Ramsey se había convertido en el primer humano en poner pie y en muestrear el Monte Uranius, un pequeño volcán inactivo en el sector noreste de la región de Tharsis dode están los grandes volcanes marcianos. Para ello había contado con el apoyo técnico del mismo colega geólogo en su LSE-06 (Tergel Janes) que hiciera posible la proeza de Gutiérrez Pedregal al escalar y estudiar in situ el Monte Olimpo por vez primera, cuatro años atrás.
Sol 2449.8 El geólogo Dr. Brix E. Ramsey y su equipo, asentados en la Estación Olimpo, llegan por primera vez al Monte Uranius, volcán inactivo en el cuadrante noreste de la región de Tharsis para realizar muestreos y un estudio geológico preliminar de su estructura. La Bandera Internacional de la Tierra fue clavada en la cima del volcán.
En esta segunda expedición al Uranius a la que tuve la satisfacción de ser invitado, Brix y Janes se enfocarían en estudiar las faldas del volcán. El hecho es que al explorar los tres juntos la ladera sureste del Uranius, justo en el cráter localizado en los límites de su base, Ramsey se percató después de una inspección visual rápida que en las paredes y base de dicho cráter se manifestaba la presencia de cierto tipo de cristales. Janes se mostró escéptico al escuchar la voz del líder de la expedición describiendo lo que veía, pero Brix estuvo seguro desde el primer instante que no se trataba de cristales de cuarzo u otro mineral, y que había encontrado la primera prueba de que el diamante en bruto existe de hecho superficialmente en este planeta. Esto fue confirmado contundentemente en la Olimpo después de un análisis químico realizado en las muestras que recogimos.
Sol 2458.3 El geólogo Dr. Brix E. Ramsey descubre evidencia de carbono cristalizado (diamante) en las paredes y base de un cráter meteorítico en la base del Monte Uranius, volcán inactivo en la región de Tharsis. Dicho cráter, hoy conocido por su nombre oficial de Cráter Diamantino, es el menor de dos localizados justo en los límites de la base del Uranius con el terreno marciano circundante, en dirección sureste desde su cima.
La masa total de tal depósito de diamante en bruto no ha sido calculada con exactitud aun. Siendo este un descubrimiento de potencial aplicación industrial biplanetaria y natural valor comercial, el Consejo de Exploración Marciana ha decidido administrar un porcentaje de estos bienes tomando en cuenta los criterios que por ley espacial establezca su descubridor, el Dr. Ramsey, quien es científico activo y colono en este planeta. Los criterios del Dr. Ramsey son respaldados en su totalidad por la comunidad de científicos y colonos en este planeta.
El buen Brix habló conmigo, quizá recordando mi filosofía personal de que “cualquier fuente de riqueza encontrada en Marte, a partir de su colonización, debería traducirse además de recursos para investigación, en un fondo importante dedicado a combatir la pobreza y promover la educación en la Tierra, donde más se necesita”. Me preguntó muy seria y directamente cuál sería la aplicación que yo haría de parte de las ganancias económicas de la explotación del yacimiento diamantífero, cuya noticia naturalmente ya había llegado a la Tierra. La Central Selling Organization (CSO), desde Londres, ya había enviado una propuesta de contrato millonario de explotación y compra de diamantes marcianos en bruto al Consejo de Exploración Marciana, la cual estaba basada en las estimaciones preliminares del tamaño y calidad del yacimiento descubierto por Brix. La publicidad en la Tierra ya se refería a “los exclusivos diamantes de otro mundo”.
Mi respuesta al cuestionamiento de Ramsey fue que, si yo hubiera sido el descubridor, dedicaría el 25% de tales ganancias a un sólido programa de alimentación y educación infantil de calidad internacional en mi propio país de origen, México. Sin pensarlo mucho, Brix respondió en su característico estilo entusiasta y dinámico “So be it Argos…you are in fact a co-discoverer too ! ” (¡ Que así sea pues Argos…tú eres de hecho un codescubridor también !). Sorprendido y agradecido, confirmé luego que el joven geólogo norteamericano, de manera formal, anunció al Consejo que los niños y niñas de México serían los beneficiarios indefinidos del 25% de las ganancias que, por ley espacial del 2025, le correspondía a él encauzar con fines de investigación científica en la Tierra como descubridor del yacimiento de diamantes en Marte. El Consejo, dado el respaldo total de la colonia a la decisión del generoso Ramsey, respetó su criterio de dirigir tales fondos no a la investigación, sino a una causa social y educativa en México.
La mencionada ley, refrendada en 2025 por los 117 países miembros en la Tierra y por SpaceX, la NASA y la Unión Espacial Europea como organismos oficiales y particulares dedicados a la exploración y colonización del espacio, fue incorporada al Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre creado en 1967, sobre el cual se funda el Derecho Espacial.
Después de nuestra singular experiencia en la ladera sureste del Monte Uranius en 2035, otra comisión de geólogos y vulcanólogos analizaron los linderos del volcán en su región norte y noroeste sin encontrar evidencia alguna de diamante. La extraña unicidad del Cráter Diamantino y su alto contenido de carbono cristalizado sigue siendo hoy motivo de estudio por varios de nosotros, en mi caso personal a partir de la perspectiva de las colisiones meteoríticas, complementando el trabajo de los vulcanólogos.
El inicio de la explotación del yacimiento de diamante en el Uranius no fue inmediato. La colonia no contaba desde luego con el equipo ni la tecnología minera especializada para ello. Fue hasta el año siguiente, con la llegada de la quinta generación de colonos en 2036, que el primer equipo de explotación llegó.
Ese grupo numeroso de colegas y su sólida representación francesa trajo también, hasta donde sabemos ahora infiltrado por razones misteriosas, a un individuo responsable de los primeros conflictos interpersonales y laborales serios entre los miembros de la colonia marciana. Atendiendo a oscuros intereses externos y encubierto por su relativa experiencia en el campo de la psicología clínica, Pierre Montplat fue capaz de ejercer su oficio con fines pseudoprofesionales y pseudocientíficos, llegando a popularizar rápidamente, sobre todo entre la comunidad femenina de esta colonia, el llamado “utericismo”, una de las múltiples formas modernas de charlatanería.
En esta imagen, el modelo a escala de nave espacial ParMagnif II, construida y pintada a mano por los astrónomos del Parallelus Magnificus de UTEP. Vino a Marte en el 2030 y fue entregada como un reconocimiento simbólico desde la Tierra a la generación de colonos del 2028, los primeros hombres y mujeres en llegar al planeta carmesí.
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Ponente. Investigador.
Maestría en Astronomía (UNAM | NMSU) y Doctor en Astronomía por la Universidad Complutense de Madrid (UCM)
Fundador de la Sociedad Astronómica Juarense, Cofundador del Proyecto Abel, Miembro de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Técnica, Miembro de la American Astronomical Society y Profesor de tiempo completo de Astronomía en UTEP.
