“Servirse de un cargo público para enriquecimiento personal resulta no ya inmoral, sino criminal y abominable.”
Cicerón
¿Cuánto gana un ministro de la suprema Corte en nuestro país? Según datos del Manual de Remuneraciones de Servidores Públicos del Poder Judicial de la Federación para el presente año, el salario mensual neto de estos servidores públicos asciende a $206,948.00 pesos mensuales (en promedio) libres de impuestos y cualquier otra deducción. Si lo dividimos por semanas, le esta tocando a cada ministr@ (en promedio) la no despreciable cantidad de $47,757 pesos.
¿Le parece poco? No hay problema, a esa cantidad hay que agregarle un pequeño bono quincenal por cada 5 años de servicio. ¿Pero aun le parece poco? No faltaba más, a cada magistrado le corresponde por aguinaldo y prima vacacional la no menos módica suma de $445,309.00 pesos con lo cual el Estado mexicano se asegura que estos paladines de la justicia tengan vacaciones dignas.
Pero, ¿es eso todo? Desde luego que no. Como su función conlleva grandes riesgos, entonces reciben un pago anual por riesgo de trabajo, el cual queda ajustado en $416,754.00 pesos. Por lo tanto, si sumamos solo estos tres rubros ya mencionados nos da un total anual de $3,345,439.00, el cual, si lo repartimos de manera semanal nos da una resultante de $64,335.00 libres de polvo y paja.
¿Pero aún le parece poco? Bueno, a eso agréguele Seguro de vida, Seguro de retiro, Seguro de incapacidad e invalidez total y permanente, Seguro de gastos médicos mayores, Seguro de separación individualizado, Ayuda de gastos funerales, Ayuda por incapacidad medica permanente, Ayuda de anteojos, Estimulo por jubilación, Licencia prejubilatoria, Pago de defunción, Ayuda de despensa, Estimulo día de la madre, Estimulo día del padre, Fondo de reserva individualizado, Pago de horas extraordinarias y, desde faltaba más, las Prestaciones de ley. ¿Qué le parece?
¿Qué haría usted estimado lector@ con $64,000 semanales? ¿No le seria suficiente para el pago de sus propios anteojos? Seguramente si, a menos, claro está, de que su gusto sea refinado y no vaya usted a comprarse unos miserables lentes de una óptica de medio pelo, no, han de ser de Ray-Ban para arriba, mínimo Tiffany.
Y ganando 64 mil del águila, ¿necesitaría usted ayuda para la despensa? Pues solo si acostumbra caviar beluga a manera de snack por las tardes. Y ya entrados a las preguntas incomodas, ¿no le quedará por ahí un guardadito para su regalito del día del padre o de la madre? Posiblemente a usted estimad@ lector@, si le quede, pero a nuestros ínclitos magistrados no, por lo tanto, necesitan de dichos apoyos, tengan, o no tengan madre (seguramente más lo último que lo primero).
Mejor ya ni hablemos de los apoyos para jardinería y personal de apoyo doméstico.
Ahora bien, hay que ser claros en que las prestaciones digamos “de lujo”, que mencionamos líneas arriba, no son para todos los mas de 50,000 trabajadores que laboran en el poder Judicial, no, desde luego que no, esas solo son para poco mas de 1,700 entre jueces y ministros que integran la casta dorada del poder judicial.
Esos son los verdaderos beneficiados del mantenimiento discrecional de los fideicomisos que están, en este momento, en proceso de extinción. Es muy probable que, una vez aprobada su extinción por el Congreso de la Unión, algún grupo parlamentario de oposición, dígase PAN, PRI, MC o hasta los reductos del PRD vayan a interponer una controversia constitucional.
No es difícil prever el resultado de dicha controversia: La suprema cortesana determinará que la modificación a la ley es anticonstitucional y le dará reversa a la misma. Respiraran entonces aliviados l@s ministr@s, y para festejarlo abrirán sendas latas de caviar que serán escanciadas, como corresponde, con un espumoso Dom Pernigón, comprado todo esto, claro está, a la cuenta del fideicomiso que corresponda. Todo dentro de la ley.
¿Y todavía el PRI, el PAN y los tres gatos que le quedan al PRD no se dan cuenta porque la sociedad mexicana les está negando el voto? Pues por increíble que parezca, no, todavía no se dan cuenta.
Es cuánto.
Ingeniero Electromecánico. Juarense egresado del ITCJ con estudios de maestría en Ingeniería Administrativa por la misma institución y diplomado en Desarrollo Organizacional por el ITESM. Labora desde 1988 en la industria maquiladora. Militó en el PRD de 1989 al 2001.
En la actualidad, un ciudadano comprometido con las causas progresistas de nuestro tiempo, sin militancia activa.
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