El año se nos fue.
Hubimos de sortear la vida entre violencia, estrechez económica y angustia mundial.
Perdimos tanto con la pandemia.
Sin embargo, 2022 no ha sido del todo malo.
Bien que mal, con críticas al presidente y eso, hubo un alza significativa al salario mínimo.
Recuerdo que endenantes, el aumento anual no pasaba de 4% eran 15 a 20 mugroso pesos lo que se aumentaba. Y la inflación era geométricamente mayor.
Y no decíamos nada.
Hoy tenemos la oportunidad de quejarnos abiertamente y las “benditas redes sociales” son nuestras aliadas.
Otro beneficio recibido fue la reforma a ley federal del trabajo.
Entre otros beneficios a los trabajadores, les otorga aumentar de 6 a 12 días de vacaciones al año.
Aunque tendrán que negociar con los patrones cómo y cuándo se toman estos días de obligado asueto, ya está plasmado en la ley.
Significativo también el hecho de que, aún en crisis mundial, nuestro país tiene un gran atractivo financiero y logra un superávit muy significativo en el tema de la inversión extranjera.
Es verdad que pesa mucho en contra los índices de violencia, pero los inversionistas apuestan mucho a que el gobierno mexicano sabe como controlar la situación para mo afectar la producción industrial o el desarrollo económico nacional.
En octubre pasado lo dije en un programa de televisión con mi querida amiga Mirna González, “en 2023 las cosas no serán sencillas, pero tampoco serán desastrosas. El índice de cotización peso/dólar se mantendrá entre los 19.40/19.90 cuando menos en el primer trimestre del año.
Esto nos mantendrá relajados a los mexicanos en general. Pero más a los que habitamos la frontera norte.
Acá el dólar es casi nuestra moneda de cambio.
La nota que nos boletina ayer el alcalde en la que nos participa que Ciudad Juárez es considerada la ciudad número uno para las inversiones, nos da un relax extra, para no pasar una navidad en tensión y angustia.
Participe en sus festejos navideños en armonía familiar y no se exponga.
Se pronostica nevada perra y un frío de lashingada.
Abríguese.
Raúl Ruiz
Abogado. Analista Político. Amante de las letras.
CARTAPACIO, su sello distintivo, es un concepto de comunicación que nace en 1986 en televisión hasta expanderse a formatos como revista, programa de radio y redes sociales.
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