Señor presidente, no es por echarle a perder la ingeniosa salida que le dio su gobierno al lamentable caso del colegio Cervantes de Torreón, Coahuila; espero puedan entender bien el caso del niño que mató a Miss Mary, hirió a otros miembros de la escuela y se suicidó.
Sus investigadores nos salieron con el absurdo de la narcofamilia disfuncional para justificar el artero crimen. Esa tendencia es común en los gobiernos, encontrar la justificación a todo hecho social o delictivo para lavarse las manos.
¿Qué les pasa, señor presidente? ¿Tan chafas resultaron en la visión social de lo que ocurre en México? Entonces ¿qué nos va a decir del atleta juarense que asesinaron unas horas antes de la visita que usted realizó a esta frontera? ¿Narcodeportista?
Sus investigadores fiscales y los expertos en asuntos criminales tuvieron tiempo para indagar las entrañas del homicidio-suicidio en Torreón y casi casi determinar que la muerte, lesiones y suicidio están justificados porque se trata de un niño problema, aunque le aclaro que destacaba como estudiante de sexto año.
Se sabe que el niño vivía con sus abuelos desde la muerte de su madre que fue asesinada cruelmente y como el abuelo y el padre- según las indagaciones- son narcos, el niño tuvo acceso a las armas de fuego y a esa malsana obsesión de asesinar.
Así de simple, señor AMLO. El asunto está concluido y usted conforme por los resultados. Aplausos en la mañanera,ya vemos allá Lord Molécula haciendo pucheros por el logro y usted esquivando a Jorge Ramos que le suelta el dato: “Usted decía que el tema de la criminalidad se iba a controlar y que iba a haber resultados; sin embargo, México está cada vez más violento y usted es el presidente de México con las peores cifras de criminalidad desde la revolución”.
Ya antes, el sátrapa que gobierna Coahuila, Miguel Ángel Riquelme, atribuyó el origen del ataque al videojuego Natural Selection. Pero ni usted, don AMLO ni los otros políticos mexicanos, asumen su responsabilidad social y política. Qué lástima.
Cuando usted dejó ir al Chapito abrió un capítulo a la impunidad. Vea a los jóvenes de hoy, ninguno pensaría en vestirse como usted, ni peinarse como el presidente. Usted es un líder político pero no es un icono social a lo más que llega es a las piñatitas que hacen de su persona y a las máscaras de hule que venden en los mercados populares. Por el contrario, los jóvenes siguen la moda de La Barbie, El Chapo, los Beltrán Leyva y todos esos grupos delincuenciales que han trastornado, para mal, a los jóvenes mexicanos.
No se diga de algunas mujeres mexicanas. Sueñan con estar en los brazos de los jóvenes narcos, tener hijos con ellos y ser sus esposas. Descubrieron que sin senos no hay paraíso. Les agrada ser buchonas en una sociedad que no les da oportunidades.
Si seguimos la lógica de su gobierno estaríamos en la tesitura de darle respuesta social a todo. Así lo ha hecho con los ninis, con la tercera edad y ahora con los delincuentes.
No se si usted sepa que muchos niños mexicanos quieren ser narcos cuando crezcan, por eso les atraen tanto las armas, las narcocanciones, las películas y series de mafiosos americanos. Y usted lo ve todo tan simple, señor presidente.
Por eso me preocupa qué va a decir su gobierno en el caso del medallista olímpico y estudiante de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Martín Alejandro Loera Trujillo, asesinado dentro de una plaza comercial ubicada en la avenida Insurgentes, casi esquina con la Plutarco Elías Calles.
El crimen, presidente AMLO, se registró unas horas antes de su visita a ciudad Juárez acompañado del general Luis Cresencio Sandoval González, Secretario de la Defensa Nacional y más comisionados de la seguridad del país.
Una vergüenza lo ocurrido con esa joven promesa del deporte, pues la ciudad estaba llena de agentes y militares que lo cuidaban a usted y a su comitiva. Porque así ocurre cada vez que usted nos visita. Y no me diga que no se da cuenta. Usted es súper vigilado y la ciudad en manos del hampa.
A poco cree que la maltrecha ciudad estaba limpia como de costumbre. El alcalde la mandó limpiar y se puso a tapar baches unos días antes de que usted viniera. Pero, por desgracia, no pudieron garantizar lo de la seguridad y durante su estancia asesinaron a varias personas.
Y mire lo que son las cosas, el rector recomendado, Juan Ignacio Camargo Nassar planteó a las autoridades la exigencia de una investigación y exigió a las autoridades mayor seguridad sobretodo para los jóvenes estudiantes de la Universidad. Que risa, señor presidente, no le puede morder la mano a quien le dio la chamba y sólo se atrevió a la retórica común porque no tiene cara para más.
Yo esperaba que esta vez tendría un poco más discernimiento de lo que ocurre en nuestro amado país. El podrido México lo está pudriendo más con sus vacilada de programas sociales. En realidad dudamos que existan programas de recuperación emocional, por eso estamos preocupados por cómo usted quiere resolver las cosas.
Me despido de usted con cierta decepción, esperábamos más de usted en los programas sociales. Nos hizo creer tantas cosas bellas que aquí se aplica el refrán: “era muy bello para ser real”.
Saludos. Hasta mañana, señor presidente.
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