La población iraní se muestra cautelosa ante la tregua con Israel, tras días de bombardeos y amenazas cruzadas.
Ciudad Juárez, Chih. (ADN/Staff) – Tras casi dos semanas de ataques aéreos entre Irán e Israel, el cese al fuego anunciado por el presidente estadounidense Donald Trump ha provocado una mezcla de alivio, incredulidad y profunda desconfianza en la población iraní. En ciudades como Teherán, Yazd o Karaj, ciudadanos afectados por la violencia han recibido la noticia con escepticismo, conscientes de que la tregua podría romperse en cualquier momento.
En Teherán, la periodista Samaneh, de 37 años, relató cómo la última noche de bombardeos fue la más angustiante: “Pensé que no volvería a ver a mis seres queridos”. Aunque la confirmación oficial del cese al fuego llegó por Telegram, mediante un mensaje del canciller Abbas Araghchi, Samaneh asegura que sigue esperando que “alguien sabotee todo”.
La ofensiva israelí comenzó el 13 de junio con ataques a instalaciones nucleares y zonas residenciales, dejando un saldo de al menos 610 muertos y miles de heridos en Irán, según cifras oficiales. La respuesta iraní no se hizo esperar, con el lanzamiento de misiles y drones sobre ciudades israelíes, causando también decenas de víctimas.
En Karaj, la profesora de historia Raha, quien regresó del extranjero para proteger a su familia, calificó el acuerdo como una “pausa” y no como una verdadera paz. “¿Cómo confiar en quienes hablan de cambio de régimen y de paz en la misma frase?”, cuestionó, refiriéndose a las declaraciones de Trump sobre la posibilidad de un nuevo liderazgo en Irán.
Raha también expresó temor sobre las repercusiones internas del conflicto, especialmente para las mujeres y los sectores críticos al régimen. “Me preocupa que el régimen quiera vengarse de su derrota intensificando la represión interna”, dijo, anticipando arrestos y mayores restricciones.
En Ahwaz, el ingeniero civil Hadi apoyó la decisión del gobierno de aceptar el cese al fuego, aunque recordó que fue la salida unilateral de Trump del acuerdo nuclear de 2015 lo que llevó al país al borde del conflicto. “Espero que esto una más a nuestro pueblo”, dijo, pidiendo también una apertura en temas sociales como el uso obligatorio del velo.
Mientras tanto, en Yazd, el joven enfermero Mohammad expresó su desconfianza total en todas las partes involucradas. “No confío ni en el régimen, ni en Estados Unidos ni en Israel”, afirmó, tras vivir una noche en vela por los ataques israelíes a bases militares cercanas. “Nos usaron como fichas en su tablero geopolítico. El alto al fuego solo protege sus intereses, no nuestras vidas”.
El ambiente general en las ciudades iraníes oscila entre el cansancio, la tristeza y la rabia. Aunque el cese al fuego puede significar una pausa en la destrucción, muchos ciudadanos lo ven apenas como un respiro momentáneo en un conflicto mucho más profundo, donde la paz parece todavía lejana y frágil.
[Con información de Al Jazeera]

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